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Ambientación
Estación de la Hoja Verde ⸺ 24°C a 31°C
Durante generaciones, los cuatro clanes de gatos que viven en el bosque se han mantenido viviendo en armonía, guiados por sus antepasados y el código guerrero. Aunque la Estación sin Hojas es dura para todos, se mantienen firmes y el Clan Estelar vela que éstos serán proveídos de abundantes presas, hierbas y crías en la próxima Estación de la Hoja Nueva. El río se descongela de a poco, permitiendo que los peces vuelvan a nadar y el Clan del Río se abastezca, los gatos del Clan del Viento corren por el páramo y se meten a los… ¿Túneles? El Clan de la Sombra caza con la oscuridad de la noche, y el Clan del Trueno descansa en las Rocas Soleadas mientras patrullan su frontera con el Clan del Río. Los Cuatro Árboles se alzan poderosamente dividiendo el territorio de los pacíficos cuatro clanes, ¡Espera! ¿Los Cuatro Árboles..?¡Apertura! Sean bienvenidos
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Zarpa Soleada
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Hoja Soleada había salido del campamento para cazar. No había sido por voluntad propia, como de costumbre habían tenido que obligarla amenazándola con llenarle el lecho de barro. ¡Y ni siquiera bastaba con cazar peces! Entendía que era lo único que había atrapado durante las últimas... ¿5 lunas tal vez? Había perdido la cuenta. Enfurruñada olfateó el aire en busca de algún rastro que pudiese guiarla a una potencial presa. Fue entonces cuando divisó una ardilla que buscaba con desesperación su botín enterrado y que aún no se había percatado de su presencia. La guerrera pegó su vientre al suelo y contrajo las patas traseras en posición de ataque, preparándose para arremeter contra ella. Instantes después saltó hacia su presa a alta velocidad y la atrapó. El animal se retorció entre sus fauces para posteriormente caer inerte al suelo. El pelaje de Hoja Soleada se manchó y con un gritito desesperado comenzó a acicalarse.
— ¡Estúpida rata!—maulló limpiándose apurada las gotas de sangre que acabarían por teñirla de rojo si no las eliminaba pronto. ¿Qué dirían de ella si aparecía en el campamento tan indispuesta? ¡Por el Clan Estelar no podía permitir que su belleza se viera afectada ni tan solo por un aleteo!— Esta es la última vez que salgo a cazar cosas con pelo o plumas, se van a tener que conformar con los peces—frunció el ceño aún sin terminar del todo su labor. Había comenzado a acicalarse completamente, no soportaba estar despeinada. Era inusual que un guerrero se pusiera a hacer aquello junto a una frontera. Era un momento que la hacía invulnerable y que la distraía de posibles emboscadas. ¡Pero antes bella y muerta que fea y viva! Ya podía escuchar los suspiros que haría su Clan al ver que tardaba tanto. ¿Acaso se pondría a arreglarse después de cada animal capturado? Aunque la gata era perfectamente capaz de hacerlo.
Cuando la sangre desapareció de su pelaje soltó un suspiro de alivio y miró la presa. Cualquier felino normal la cargaría en su boca con normalidad pero Hoja Soleada tenía otro plan. Escaló a un árbol y tomó una de sus hojas, la más grande posible. Con un salto volvió junto a la ardilla y la envolvió con esta. Así no correría el riesgo de volver a ensuciarse. "¿Acaso existe gata más lista y guapa que yo?" pensó sonriendo orgullosa ocultando la presa en un tronco hueco cercano. Más tarde volvería a por ella, mientras tenía que cazar al menos un par más para que Pantanoso o Estrella de Serpiente no se enojaran con ella.
— ¡Estúpida rata!—maulló limpiándose apurada las gotas de sangre que acabarían por teñirla de rojo si no las eliminaba pronto. ¿Qué dirían de ella si aparecía en el campamento tan indispuesta? ¡Por el Clan Estelar no podía permitir que su belleza se viera afectada ni tan solo por un aleteo!— Esta es la última vez que salgo a cazar cosas con pelo o plumas, se van a tener que conformar con los peces—frunció el ceño aún sin terminar del todo su labor. Había comenzado a acicalarse completamente, no soportaba estar despeinada. Era inusual que un guerrero se pusiera a hacer aquello junto a una frontera. Era un momento que la hacía invulnerable y que la distraía de posibles emboscadas. ¡Pero antes bella y muerta que fea y viva! Ya podía escuchar los suspiros que haría su Clan al ver que tardaba tanto. ¿Acaso se pondría a arreglarse después de cada animal capturado? Aunque la gata era perfectamente capaz de hacerlo.
Cuando la sangre desapareció de su pelaje soltó un suspiro de alivio y miró la presa. Cualquier felino normal la cargaría en su boca con normalidad pero Hoja Soleada tenía otro plan. Escaló a un árbol y tomó una de sus hojas, la más grande posible. Con un salto volvió junto a la ardilla y la envolvió con esta. Así no correría el riesgo de volver a ensuciarse. "¿Acaso existe gata más lista y guapa que yo?" pensó sonriendo orgullosa ocultando la presa en un tronco hueco cercano. Más tarde volvería a por ella, mientras tenía que cazar al menos un par más para que Pantanoso o Estrella de Serpiente no se enojaran con ella.
Última edición por Hoja Soleada el Jue Jun 27, 2024 8:48 pm, editado 1 vez
Estrella Rota
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Estrella Rota se encontraba patrullando junto a Cola Floral, le había pedido que dejara a las cachorras a cargo de otra reina mientras ellos salían. En parte, todo había sido una excusa para sacarla del campamento y hablar a solas con ella.
—Oh, mi querida Cola Floral, ¿Por qué no sonríes más? —maulló, mirándola fijamente a los ojos— Te he dado todo lo que deseabas, ¿No es así? — la gata pareció inmersa en sus pensamientos y no respondió.
El enorme atigrado, molesto, frenó en seco el camino de la reina— Después de todo lo que hice por ti, darte cachorros, dejar que te quedes en la maternidad permanentemente porque te da miedo pelear, ¿Ni siquiera un 'gracias'? —gruñó— De no ser por mí, no vivirías pacíficamente. Soy yo quien sale a cazar tus presas todas las mañanas, cualquier otro líder te tendría en todas las patrullas y durmiendo en la guarida de los aprendices, ¡¿No crees que lo mínimo que merezco es tu agradecimiento?!—la reina retrocedió y se agazapó, asustada.
— Mi amada Cola Floral—maulló ahora, más suavemente, acercándose hacia ella y rozando su hocico—. Tú sabes que hice todo lo posible para que seas feliz—la gata de color miel correspondió la caricia, soltando un leve ronroneo.
Estrella Rota se alertó al recibir un aroma extraño, como a... ¿Pez?
— Cola Floral, vuelve al campamento—ordenó el líder, a lo que su pareja obedeció sin rechistar, saliendo disparada al campamento.
El macho se agazapó instintivamente, intentando buscar de dónde provenía el olor. A un par de colas de distancia, pudo divisar un manto tricolor entre los juncos.
— Tsk, ese pelaje no le serviría para cazar ni en la Estación sin Hojas—dijo para sí mismo, acercándose a la orilla, observando a la guerrera.
¿Acaso se encontraba allí sola?
—Oh, mi querida Cola Floral, ¿Por qué no sonríes más? —maulló, mirándola fijamente a los ojos— Te he dado todo lo que deseabas, ¿No es así? — la gata pareció inmersa en sus pensamientos y no respondió.
El enorme atigrado, molesto, frenó en seco el camino de la reina— Después de todo lo que hice por ti, darte cachorros, dejar que te quedes en la maternidad permanentemente porque te da miedo pelear, ¿Ni siquiera un 'gracias'? —gruñó— De no ser por mí, no vivirías pacíficamente. Soy yo quien sale a cazar tus presas todas las mañanas, cualquier otro líder te tendría en todas las patrullas y durmiendo en la guarida de los aprendices, ¡¿No crees que lo mínimo que merezco es tu agradecimiento?!—la reina retrocedió y se agazapó, asustada.
— Mi amada Cola Floral—maulló ahora, más suavemente, acercándose hacia ella y rozando su hocico—. Tú sabes que hice todo lo posible para que seas feliz—la gata de color miel correspondió la caricia, soltando un leve ronroneo.
Estrella Rota se alertó al recibir un aroma extraño, como a... ¿Pez?
— Cola Floral, vuelve al campamento—ordenó el líder, a lo que su pareja obedeció sin rechistar, saliendo disparada al campamento.
El macho se agazapó instintivamente, intentando buscar de dónde provenía el olor. A un par de colas de distancia, pudo divisar un manto tricolor entre los juncos.
— Tsk, ese pelaje no le serviría para cazar ni en la Estación sin Hojas—dijo para sí mismo, acercándose a la orilla, observando a la guerrera.
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Zarpa Soleada
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Hoja Soleada había abandonado la labor de cazar mamíferos y aves, no iba a tolerar más tierra y sangre, aquella ardilla había sido suficiente. Se acercó a la orilla del río dispuesta a hundir sus zarpas en las escamas de algún pez. Ágilmente saltó sobre una roca, demasiado cerca del territorio del Clan del Trueno pero sin llegar a salir del suyo. Se agachó y atenta miró el agua. Esperó durante varios minutos a que un pez se aproximara a ella pero justo cuando estuvo a punto de lograr su cometido este huyó despavorido. Un ave había sobrevolado las aguas, alertada por algo más grande. Fue entonces cuando Hoja Soleada giró instintivamente su cabeza e irguió las orejas para localizar de dónde provenía la posible amenaza. El pájaro había entrado en su propio territorio, con lo cual debería ser alguien del lugar contrario quien la acechaba.
— ¿Quién anda ahí? —dijo mirando hacia los arbustos que no le pertenecían— esconderse como ratas es de cobardes, esperable del Clan del Trueno—sonrió, le encantaba provocar a los demás. Ese era uno de los principales motivos por el que Estrella de Serpiente casi no la dejaba acudir a las Asambleas. Cuando fue aprendiza causó más de una pelea y era algo conocida por ello. Hoja Soleada creía firmemente en su propia superioridad y en la de su Clan— vamos no muerdo. No me gustaría mancharme mi hermoso manto con vuestra sucia sangre.
Rodeó sus patas delanteras con la cola a la espera de una respuesta. ¿Tal vez se había equivocado y era una presa? Pero su instinto le decía que no era así. De todas formas, no se quedaría tranquila hasta saber de qué se trataba. Esperó paciente, no iba a cruzar territorio ajeno pero tampoco volvería a su labor como si nada. Sin quitar la vista de los arbustos comenzó a acicalarse una pata, la que había sumergido en el agua instantes antes. "¿Seré una paranoica?" olfateó el aire pero las fronteras estaban repletas de olores recientes y no conocía específicamente a los individuos de ahí. Suspiró mentalmente.
— ¿Quién anda ahí? —dijo mirando hacia los arbustos que no le pertenecían— esconderse como ratas es de cobardes, esperable del Clan del Trueno—sonrió, le encantaba provocar a los demás. Ese era uno de los principales motivos por el que Estrella de Serpiente casi no la dejaba acudir a las Asambleas. Cuando fue aprendiza causó más de una pelea y era algo conocida por ello. Hoja Soleada creía firmemente en su propia superioridad y en la de su Clan— vamos no muerdo. No me gustaría mancharme mi hermoso manto con vuestra sucia sangre.
Rodeó sus patas delanteras con la cola a la espera de una respuesta. ¿Tal vez se había equivocado y era una presa? Pero su instinto le decía que no era así. De todas formas, no se quedaría tranquila hasta saber de qué se trataba. Esperó paciente, no iba a cruzar territorio ajeno pero tampoco volvería a su labor como si nada. Sin quitar la vista de los arbustos comenzó a acicalarse una pata, la que había sumergido en el agua instantes antes. "¿Seré una paranoica?" olfateó el aire pero las fronteras estaban repletas de olores recientes y no conocía específicamente a los individuos de ahí. Suspiró mentalmente.
Estrella Rota
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El líder mostró la cara ante la luz del día, revelando su largo manto atigrado ante la gata. Si sus oídos no lo engañaban, la gata había dicho algo... absurdo.
—Gata del Clan del Río —espetó— ¿Qué sabrás tú de tener tu sangre limpia?— se mofó el líder, mirando directamente a la guerrera ahora. Lo único que los separaba era la corriente de agua.
—Por tu pelaje, puedo ver que no eres una gata pura del Clan del Río. Alguno de tus antepasados no descansan en el Clan Estelar —escupió, ahora con tono más agresivo—. Tu pelaje no te serviría en ninguna estación, solo son manchas bruscas y tu pelaje blanco delata tu ubicación. No te serviría para camuflarte en la Estación sin Hojas, tus manchas negras te revelan por completo —se rió.
El pelaje de su cuello estaba erizado ante la insolencia de la gata, y sus gruñidos eran bastante sonoros.
—Te ves tan pequeña que pareciera que el Clan del Río está pasando por una mala racha, ¿Eh? —se burló— ¿O es que tu pelaje no te permite siquiera cazar un mísero ratón? De seguro os encantaría tener las Rocas Soleadas para cazar también, pero adivina qué... —su tono de voz se alzó y mostró los colmillos—¡Las Rocas Soleadas son nuestras! —su cola se sacudía violentamente de lado a lado. El joven líder estaba listo para mostrar su valía y destreza a esos cara de pez.
—Gata del Clan del Río —espetó— ¿Qué sabrás tú de tener tu sangre limpia?— se mofó el líder, mirando directamente a la guerrera ahora. Lo único que los separaba era la corriente de agua.
—Por tu pelaje, puedo ver que no eres una gata pura del Clan del Río. Alguno de tus antepasados no descansan en el Clan Estelar —escupió, ahora con tono más agresivo—. Tu pelaje no te serviría en ninguna estación, solo son manchas bruscas y tu pelaje blanco delata tu ubicación. No te serviría para camuflarte en la Estación sin Hojas, tus manchas negras te revelan por completo —se rió.
El pelaje de su cuello estaba erizado ante la insolencia de la gata, y sus gruñidos eran bastante sonoros.
—Te ves tan pequeña que pareciera que el Clan del Río está pasando por una mala racha, ¿Eh? —se burló— ¿O es que tu pelaje no te permite siquiera cazar un mísero ratón? De seguro os encantaría tener las Rocas Soleadas para cazar también, pero adivina qué... —su tono de voz se alzó y mostró los colmillos—¡Las Rocas Soleadas son nuestras! —su cola se sacudía violentamente de lado a lado. El joven líder estaba listo para mostrar su valía y destreza a esos cara de pez.
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