Era un día bastante tranquilo, los primeros rayos de sol comenzaban a colarse entre las ramas y hacían brillar el agua del río, ya se escuchaba el trinar de las aves y el bosque despertaba lentamente. Lluvia Escarchada se encontraba liderando la patrulla del alba, se dirigían a inspeccionar el borde con el Clan del trueno y a renovar marcas olorosas; la acompañaba el joven guerrero Carpa Saltarina. Algo incómoda y ansiosa, no sabía realmente cómo romper el hielo, pues no conocía muy bien al guerrero, pero tampoco es que le interesara demasiado como para esforzarse. Al menos el contrario era tranquilo, o eso parecía, y no le había dirigido palabra aún, el silencio era de cierta forma reconfortante.

A paso ligero dejó que su mente divagara por el paisaje que la rodeaba, el territorio del Clan del Río vaya que sí era hermoso, y el río estaba rebosante de vida en plena estación de la hoja verde, tal vez podrían cazar algo de regreso al campamento, si todo salía bien. Recientemente escuchó de algunos inconvenientes con el Clan del trueno... De hecho algunos fueron causados por su ahora muy mayor para serlo... Aprendiza. Un suspiro escapó de su garganta, cómo se suponía que iba a mentorear a una guerrera hecha y derecha? Hoja... No, Zarpa Soleada había Sido muy imprudente... Y entendía a la perfección que Estrella de Serpiente la quisiera castigar de ese modo, pero definitivamente no esperó que su primer aprendiz lo tuviera en esas circunstancias...

Era inaudito, nunca antes había escuchado de algo así, y de algún modo se había visto involucrada... De todos modos no podía hacer nada, y no quería decepcionar a su líder por supuesto, así que simplemente debía hacer lo mejor que pudiera. (Pero bueno, ya está , no voy a dejar que esto me arruine el día) pensó sacudiendo las orejas ligeramente. De tanto pensar en el problema no notó que había acelerado el paso, así que lo aminoró para dejar que su acompañante la alcanzará de nuevo, a veces no medía sus largas pisadas.

Carpa Saltarina murmuro por lo bajo una que otra palabra que estaba seguro las reinas le soltaran un zarpazo si las dijera frente a los cachorros.

El joven guerrero se encontraba en la patrulla del alba justo a una guerrera de mayor experiencia, Lluvia Escarchada.

Personalmente no la conocía, a lo mucho habría intercambiado uno que otro saludo cordial pero en su mayoría la conocía por vista nada más, y por los que demás decían, principalmente que era una excelente guerrera hecha y derecha que se apegaba fuertemente al código del guerrero.

Formidable, el no lo negaría, pero Carpa Saltarina no era tan abido a las reglas por lo que estaba agradecido con las estrellas de haberse despertado a tiempo para la patrulla

Aasmbos guerreros grises caminaban a un cierto paso tranquilo sin mediar palabra, Carpa Saltarina sabia bien qué Lluvia Escarchada no hablaba mucho y a decir verdad el tampoco era el mejor hablando pero el silencio le empezaba a poner nervioso, con otro gato quizá hubiese tratado de entablar lo que sería una dolorosa conversación por lo claramente mal socializando del guerrero pero sin mentir la verdad es que la guerrera que caminaba frente a él era imponente y le daba un poco de miedo.

Tan perdido estaba en sus pensamientos que no se percató el paso ahora apresurado de su compañera dándose cuenta solo cuando levantó la mirada del suelo forestal para darse cuenta que se había quedado unas colas atrás así que prontamente remontó la marcha.

No estaba muy entusiasmado de llegar al borde a decir verdad ya que era el que compartían con el Clan del Trueno, había escuchado de cierto problemas con ellos recientemente, especialmente sobre la... Aprendiza de Lluvia Escarchada así que internamente pidió porque nada pasara esa mañana.

Técnicamente el gato sabia perfectamente que era poco probable que la felina realmente comenzara algo pero no se podía pensar lo mismo del otro Clan.

Con un suspiro quieto para que su acompañante no lo notará se lamio el hocico con nerviosismo, orejas reaccionando a cada movimiento alrededor y cola ondulando de lado a lado.

Realmente esperaba que esta fuese una patrulla tranquila.

En silencio ya no tardaron en llegar a las rocas soleadas, o bueno, el lado de ellos, las rocas estaban justo al frente, al otro lado del río... Por ahora no se veía rastro ni lograba olfatear al Clan del Trueno, pero mantendría sus orejas atentas. Las Rocas Soleadas... Deberían recuperarlas, compartía esa opinión con Zarpa Soleada, pero no sería tan tonta como ella como para pelear con Estrella Rota ella sola, desconocía los detalles, pero era una cerebro de ratón si realmente hizo algo así.

Estrella de Serpiente era sabio, el Clan del Río no estaba en condiciones de iniciar una guerra justo ahora, era pequeño y casi no habían cachorros, de hecho solo estaba Pequeña Bosque en la maternidad... Y ahora estaban pasando algo de hambre, en plena estación de la hoja verde... El colmo si. Se permitió salir de sus pensamientos y volteó a ver a su compañero.
" Aún no hay rastro del Clan del Trueno... No parece que venga una patrulla por acá tampoco...Quieres renovar las marcas olorosas ya, o esperamos un rato?"
Su tono era neutro y cordial, mientras lo decía se sentó con la cola enroscada sobre sus patas, de forma elegante. No dejaba de mirar hacia el claro rocoso al otro lado del río, con cierto deseo y añoranza, parte de ella sí que deseaba pelear por las Rocas Soleadas, recuperarlas, ahí siempre había buenas presas, y era un lugar perfecto para tomar el sol... El clan del trueno ya tenía un territorio muy extenso como para tenerlas también, por qué se debían llevar todo lo bueno?

Solamente su buen juicio la mantenía quieta, sin buscarle más problemas a su líder o al lugarteniente, Pantanoso. Quería ser una gran guerrera, pero no de este modo, se comportaría y seguiría las órdenes de sus superiores sin importar que.

Si por Carpa Saltarina fuese el decidiría renovar las marcas y terminar la patrulla, lo que sea por volver al campamento, quizás cazar algo, que va, algo más interesante que andar patrullando nada más porque sí.

Ahora, el guerrero no era tondo, solo flojo y algo incómodo de convivir con pero no era nada tonto, renovar las marcas solo era un recordatorio para que gatos de otros clanes no cruzaran aunque la verdad es que había otros indicios que reconocer para saber que se estaba en otro territorio como en este caso las Rocas Soleadas que sabía le pertenecían al Clan del Trueno al momento.

No iba a mentir, la verdad es que sí parecían un lugar cómodo donde quizá dormir una siesta o algo pero tampoco es que le interesaran mucho las políticas entre los clanes, tenían cosas más importante por las que preocuparse como la falta de comida en plena estación.

Como era eso posible? Ni idea pero estaban quedándose sin comida, uno pensaría que con un clan considerablemente pequeño la comida no sería un gran problema, pero ser pequeño también significaba que había menos patas que ayudaran a conseguir dicha comida.

Así que, sí, no había comida, bravo.

De todos modos, perderse en sus pensamientos no serviría de mucho, con un ligero bufido levantó el hocico y abrió la boca, olfatean el aire.

Al darse cuenta que no había pasado una patrulla del otro clan esa mañana se decidió.

"Creo que deberíamos esperar un poco, solo para ver que pasa"

Una explicación bastante vaga pero esa verdad, no estaría mal hablar con los del otro clan siempre y cuando no se provocara una pelea además de que si no había olor reciente esto significaba que una patrulla no debería de tardar en aparecer, especialmente después del acontecimiento reciente.