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Bienvenido,
Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Se abren las inscripciones a los Altos Cargos
El Otoño ha llegado
¡Apertura! Sean bienvenidos
No hay nada nuevo por aquí
Pantanoso
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(Dias antes del suceso de Fronda)
Habiendo lanzado una patrulla del alba, Pantanoso se cargo al omoplato entrenar a su aprendiza, Zarpa de Limoncillo. Cuando su anterior mentora de la aprendiza quedo incapacitada para entrenarla, el lugarteniente, quizas sintiendo una silenciosa pena o una responsabilidad por cuidar de su clan, tomo la decision de hacerse cargo de su entrenamiento.
Cuando se dirigia a buscar a la aprendiza que dormia en la guarida de los apredices pudo ver que Lluvia Escarchada se encontraba frente a la misma, seguramente esperando a su aprendiza, Zarpa del Bosque.
— LLuvia Escarchada —. Saludo el lugarteniente a la gata azulada y blanca. — ¿Esperando a Zarpa del Bosque? —.
Escucho a la gata confirmar su pregunta mientras él metia su cabeza en la guarida de los aprendices, demasiado pequeña para él, cuando vio que no solo su aprendiza seguia durmiendo aunque el alba haya salido hace un rato, sino que Zarpa del Bosque tambien seguia durmiendo, el lugarteniente se colerico un poco por la falta de productividad de ambas aprendizas.
De la mas joven podria entenderlo, pero de la mayor, Zarpa de Limoncillo, no lo hacia, aun cuando él le habria demostrado como eran sus entrenamientos y lo rigido que era con los mismos.
— Levantense ustedes dos —. Maullo alto y claro, golpeando con fuerza el suelo de la guarida para producir temblores en el suelo y levantarlas. — Los entrenamientos comienzan al alba, no quiero tener que volver a levantarlas jamas —.
Gruño por la falta de responsabilidad de ambas aprendizas, mas de Zarpa de Limoncillo que por Zarpa del Bosque, pero tambien seria para ella un buen recordatorio de que debia levantarse temprano. El lugarteniente cuando vio a ambas aprendizas levantarse de golpe, salio de la guarida o mejor dicho, saco la mitad de su cuerpo de la misma, demasiado grande para entrar en la misma.
Al salir, le dirgio una mirada de enojo a la guerrera a su lado, quizas hasta un poco enojado con la misma por no ser algo mas exigente con los horarios de su aprendiza.
Habiendo lanzado una patrulla del alba, Pantanoso se cargo al omoplato entrenar a su aprendiza, Zarpa de Limoncillo. Cuando su anterior mentora de la aprendiza quedo incapacitada para entrenarla, el lugarteniente, quizas sintiendo una silenciosa pena o una responsabilidad por cuidar de su clan, tomo la decision de hacerse cargo de su entrenamiento.
Cuando se dirigia a buscar a la aprendiza que dormia en la guarida de los apredices pudo ver que Lluvia Escarchada se encontraba frente a la misma, seguramente esperando a su aprendiza, Zarpa del Bosque.
— LLuvia Escarchada —. Saludo el lugarteniente a la gata azulada y blanca. — ¿Esperando a Zarpa del Bosque? —.
Escucho a la gata confirmar su pregunta mientras él metia su cabeza en la guarida de los aprendices, demasiado pequeña para él, cuando vio que no solo su aprendiza seguia durmiendo aunque el alba haya salido hace un rato, sino que Zarpa del Bosque tambien seguia durmiendo, el lugarteniente se colerico un poco por la falta de productividad de ambas aprendizas.
De la mas joven podria entenderlo, pero de la mayor, Zarpa de Limoncillo, no lo hacia, aun cuando él le habria demostrado como eran sus entrenamientos y lo rigido que era con los mismos.
— Levantense ustedes dos —. Maullo alto y claro, golpeando con fuerza el suelo de la guarida para producir temblores en el suelo y levantarlas. — Los entrenamientos comienzan al alba, no quiero tener que volver a levantarlas jamas —.
Gruño por la falta de responsabilidad de ambas aprendizas, mas de Zarpa de Limoncillo que por Zarpa del Bosque, pero tambien seria para ella un buen recordatorio de que debia levantarse temprano. El lugarteniente cuando vio a ambas aprendizas levantarse de golpe, salio de la guarida o mejor dicho, saco la mitad de su cuerpo de la misma, demasiado grande para entrar en la misma.
Al salir, le dirgio una mirada de enojo a la guerrera a su lado, quizas hasta un poco enojado con la misma por no ser algo mas exigente con los horarios de su aprendiza.
Lluvia Escarchada
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Lluvia Escarchada había llegado un poco antes que Pantanoso a la guarida de aprendices, había estado llamando a Zarpa de Bosque y estaba a punto de hacer lo mismo que hizo el lugarteniente en cuanto llegó junto a ella, simplemente quería probar si la aprendiz salía por su cuenta, darle el beneficio de la duda, pero al descubrir que seguía durmiendo, una punzada de decepción y vergüenza frente al lugarteniente atravesó su pecho.
Cuando este salió de la guarida y la fulminó con la mirada, la guerrera no sabía ni qué hacer o decir, se sentía como si fuera una aprendiza ella también, ante tan imponente y furioso gato. Desviando un poco la mirada al suelo, algo lastimada y en un tono bajo y sumiso, como regañada, respondió:
Lo lamento, llevo un pequeño rato llamándola pero no pensé que aún siguiera dormida... Pensé que se estaba escondiendo en la guarida y pues... No quería asustarla más... N-no, no es excusa, disculpa, debí entrar ahí en cuanto llegué, debo ser más dura con ella... al añadir lo último lo volvió a mirar a los ojos más solemnemente, entendía que podía haberlo hecho mucho mejor, y que era importante que así fuera por el bien del entrenamiento de su aprendiz.
...Vas a entrenar con Zarpa de Limoncillo? T-te gustaría acompañarnos?... Tu ayuda... Me vendría bien dudó un poco al preguntarle, ya que no estaba acostumbrada a pedir cosas, menos al mismísimo lugarteniente, Pantanoso. Siempre que estaba cerca del macho se sentía como una cachorra nerviosa y tímida, aunque también era cierto que disfrutaba su compañía y a veces había ratos bastante relajantes y llenos de paz. Dirigió su mirada a la entrada de la guarida esperando a que saliera su aprendiza junto a la otra joven más mayor.
Cuando este salió de la guarida y la fulminó con la mirada, la guerrera no sabía ni qué hacer o decir, se sentía como si fuera una aprendiza ella también, ante tan imponente y furioso gato. Desviando un poco la mirada al suelo, algo lastimada y en un tono bajo y sumiso, como regañada, respondió:
Lo lamento, llevo un pequeño rato llamándola pero no pensé que aún siguiera dormida... Pensé que se estaba escondiendo en la guarida y pues... No quería asustarla más... N-no, no es excusa, disculpa, debí entrar ahí en cuanto llegué, debo ser más dura con ella... al añadir lo último lo volvió a mirar a los ojos más solemnemente, entendía que podía haberlo hecho mucho mejor, y que era importante que así fuera por el bien del entrenamiento de su aprendiz.
...Vas a entrenar con Zarpa de Limoncillo? T-te gustaría acompañarnos?... Tu ayuda... Me vendría bien dudó un poco al preguntarle, ya que no estaba acostumbrada a pedir cosas, menos al mismísimo lugarteniente, Pantanoso. Siempre que estaba cerca del macho se sentía como una cachorra nerviosa y tímida, aunque también era cierto que disfrutaba su compañía y a veces había ratos bastante relajantes y llenos de paz. Dirigió su mirada a la entrada de la guarida esperando a que saliera su aprendiza junto a la otra joven más mayor.
Zarpa de Bosque
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No había nada mejor que quedarse a dormir, aún recordaba las mañanas de siesta de la maternidad, la ahora desafortunada aprendiza se pasaba horas entre sueños, soltando ronroneos por aquí y por haya mientras permanecía dormida.
Llego un punto en que su sueño fue abruptamente interrumpido por el llamado del lugarteniente, Pantanoso, podría haberse simplemente despertado y ya, pero no, en su lugar Zarpa del Bosque se levanto de un salto con el pelaje erizado, alborotado por el susto y salió corriendo de la guarida de los aprendices, pasándole por un lado al Lugarteniente.
¡Por el Clan Estelar! ¡Que susto!
Y para doble susto, se dio cuenta de que su mentora estaba enfrente de ella, tuvo que frenar en seco para no golpearse contra Lluvia Escarchada, si, le había costado aprenderse el nombre de su mentora, vaya cosa. La de pelaje anaranjado tuvo que ver hacia arriba para alcanzar la mirada de la felina de tonos grises y al notar que Pantanoso se acercaba se levanto de golpe y se oculto detrás de Lluvia Escarchada con la cola erizada entre las patas y las orejas pegadas al cráneo.
Finalmente su mentora hablo… ¿Cómo que más dura? Ya de por si le era difícil salir de la guarida con el miedo a que algo le pasará, como pisar una espina ¡Oh peor! ¡Que su cola se quedara enredada entre los juncos!
Y luego lo peor paso, Lluvia Escarchada ¡Invitando a Pantanoso a venir con ellas! Zarpa del Bosque se asomó, primero miro a Lluvia Escarchada con preocupación y luego miro a Pantanoso con miedo, todo esto para luego volverse a ocultar detrás de su mentora, su expresión debía ser obvia ¡Prefería ser aplastada por las garras de un monstruo antes de ir a entrenar con Pantanoso! El la haría pedazos de un solo mordisco, no tenía pruebas ¡Pero tampoco dudas!
Llego un punto en que su sueño fue abruptamente interrumpido por el llamado del lugarteniente, Pantanoso, podría haberse simplemente despertado y ya, pero no, en su lugar Zarpa del Bosque se levanto de un salto con el pelaje erizado, alborotado por el susto y salió corriendo de la guarida de los aprendices, pasándole por un lado al Lugarteniente.
¡Por el Clan Estelar! ¡Que susto!
Y para doble susto, se dio cuenta de que su mentora estaba enfrente de ella, tuvo que frenar en seco para no golpearse contra Lluvia Escarchada, si, le había costado aprenderse el nombre de su mentora, vaya cosa. La de pelaje anaranjado tuvo que ver hacia arriba para alcanzar la mirada de la felina de tonos grises y al notar que Pantanoso se acercaba se levanto de golpe y se oculto detrás de Lluvia Escarchada con la cola erizada entre las patas y las orejas pegadas al cráneo.
Finalmente su mentora hablo… ¿Cómo que más dura? Ya de por si le era difícil salir de la guarida con el miedo a que algo le pasará, como pisar una espina ¡Oh peor! ¡Que su cola se quedara enredada entre los juncos!
Y luego lo peor paso, Lluvia Escarchada ¡Invitando a Pantanoso a venir con ellas! Zarpa del Bosque se asomó, primero miro a Lluvia Escarchada con preocupación y luego miro a Pantanoso con miedo, todo esto para luego volverse a ocultar detrás de su mentora, su expresión debía ser obvia ¡Prefería ser aplastada por las garras de un monstruo antes de ir a entrenar con Pantanoso! El la haría pedazos de un solo mordisco, no tenía pruebas ¡Pero tampoco dudas!
What AREyou?
Zarpa de Limoncillo
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En sueños, Zarpa de Limoncillo corría a través de la arboleda de hayas, persiguiendo a una presa rápida y esquiva. El viento agitaba su pelaje, y la velocidad con la que avanzaba era tan vertiginosa que sentía que sus patas no tocaban el suelo. Estaba casi a su alcance, a una cola de distancia de la musaraña de agua. ¡Solo un poco más y sería suya! Pero en el instante en que saltó para atraparla, el bullicio en la guarida de los aprendices la arrancó de su estado inconsciente y la hizo levantarse de un salto.
— ¡¿Eh?! —exclamó la gata tricolor, todavía somnolienta pero con el pelaje erizado y el lomo arqueado hacia arriba. Tan solo duró un segundo, ya que al escuchar la siguiente oración de Pantanoso se percató de que se había quedado dormida para el entrenamiento. Otra vez.
Con las orejas gachas y frustrada, Zarpa de Limoncillo se tomó el tiempo de estirarse sobre su lecho de musgo antes de finalmente dignarse a salir al exterior al seguir los pasos de Zarpa de Bosque, percatándose además de la presencia de Lluvia Escarchada en el lugar. Apenas el lugarteniente la miró con ese semblante firme y severo, sintió un leve escalofrío en el lomo, y un deseo urgente de compensar su atraso comenzó a crecer en su interior. No podía culpar a Zarpa de Bosque por intentar ocultarse de los ojos del lugarteniente, ella lo haría también si su propio orgullo no se lo impidiera. Aún no se adapta a tenerlo como mentor, pero al mismo tiempo siente orgullo del hecho de que un gato con un cargo tan alto se dedique personalmente a instruirla acerca de la vida de clan.
— ¿De verdad? —el brillo de interés en la mirada de la aprendiza fue evidente al oír la propuesta de la guerrera. Entrenar en compañía de otros compañeros de clan sería una buena alternativa para salir de la rutina. Su atención se dirigió hacia Pantanoso, esperando oír una respuesta afirmativa por su parte. — Di que si, Pantanoso... quizás podría ayudar a Zarpa de Bosque a estar menos asustada de su propia sombra —dijo con burla. Incluso si su comentario fue bromista, también tuvo la intención en despertar valentía o al menos irritación de la aprendiz de menor edad, cualquier cosa que no sea timidez o miedo.
— ¡¿Eh?! —exclamó la gata tricolor, todavía somnolienta pero con el pelaje erizado y el lomo arqueado hacia arriba. Tan solo duró un segundo, ya que al escuchar la siguiente oración de Pantanoso se percató de que se había quedado dormida para el entrenamiento. Otra vez.
Con las orejas gachas y frustrada, Zarpa de Limoncillo se tomó el tiempo de estirarse sobre su lecho de musgo antes de finalmente dignarse a salir al exterior al seguir los pasos de Zarpa de Bosque, percatándose además de la presencia de Lluvia Escarchada en el lugar. Apenas el lugarteniente la miró con ese semblante firme y severo, sintió un leve escalofrío en el lomo, y un deseo urgente de compensar su atraso comenzó a crecer en su interior. No podía culpar a Zarpa de Bosque por intentar ocultarse de los ojos del lugarteniente, ella lo haría también si su propio orgullo no se lo impidiera. Aún no se adapta a tenerlo como mentor, pero al mismo tiempo siente orgullo del hecho de que un gato con un cargo tan alto se dedique personalmente a instruirla acerca de la vida de clan.
— ¿De verdad? —el brillo de interés en la mirada de la aprendiza fue evidente al oír la propuesta de la guerrera. Entrenar en compañía de otros compañeros de clan sería una buena alternativa para salir de la rutina. Su atención se dirigió hacia Pantanoso, esperando oír una respuesta afirmativa por su parte. — Di que si, Pantanoso... quizás podría ayudar a Zarpa de Bosque a estar menos asustada de su propia sombra —dijo con burla. Incluso si su comentario fue bromista, también tuvo la intención en despertar valentía o al menos irritación de la aprendiz de menor edad, cualquier cosa que no sea timidez o miedo.
Pantanoso
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Observo con una mueca de molestia como Zarpa del Bosque salia corriendo como una sucia ardilla cuando él quito su cabeza, corriendo a refugirse detras de su mentora, Lluvia Escarchada. Al poco tiempo salio Zarpa de Limoncillo, a quien fulmino con la mirada cuando no se disculpo por levantarse tarde, sino que se coloco cerca de la otra mentora. Ambas gatas parecian interesadas en que el gran macho acepte hacer un entrenamiento doble. La unica que parecia no estar de acuerdo era Zarpa del Bosque que miraba asustadiza la decision del lugarteniente.
Miro de reojo a Lluvia Escarchada y luego agacho su cabeza a la altura de Zarpa de Limoncillo. — Pero si ella se atrasa, nos iremos solos —. Advirtio el lugarteniente a su aprendiza.
La mañana habia empezado dificil y ahora el clan debia soportar el mal humor de su lugarteniente, no era algo remoto y que no sucedia cotidianamente. Barrio con su zarpa un par de hojas naranjas que habia en el suelo, haciendose lugar en su espacio. Luego, con un simple gesto de su cabeza robusta señalo la entrada del campamento, claro indicativo de que debian partir.
Giro su cabeza sobre el omoplato para corroborar que las tres gatas lo estaban siguiendo, viendo como Zarpa del Bosque dubitaba en su lugar, él resoplo, siguiendo su paso sin esperar a la pequeña aprendiza.
— Controla a tu aprendiza, Lluvia Escarchada —.
Advirtio el lugarteniente de mala gana, esperando que la mentora aprenda a controlar a su aprendiza asustadiza de mejor manera. Podia escuchar los pequeños pasos de Zarpa de Limoncillo detras suyo y oler su olor, por lo que no dabia girar de nuevo su cabeza para buscarla. Que mañana, preferiria estar patrullando o batallando antes que peleando con aprendices y jovenes mentores.
Dirigio su mirada a la guarida de los veteranos mientras pasaban cerca, antes de salir del campamento. Ni rastro de Chapoteo de Sabalo.
Miro de reojo a Lluvia Escarchada y luego agacho su cabeza a la altura de Zarpa de Limoncillo. — Pero si ella se atrasa, nos iremos solos —. Advirtio el lugarteniente a su aprendiza.
La mañana habia empezado dificil y ahora el clan debia soportar el mal humor de su lugarteniente, no era algo remoto y que no sucedia cotidianamente. Barrio con su zarpa un par de hojas naranjas que habia en el suelo, haciendose lugar en su espacio. Luego, con un simple gesto de su cabeza robusta señalo la entrada del campamento, claro indicativo de que debian partir.
Giro su cabeza sobre el omoplato para corroborar que las tres gatas lo estaban siguiendo, viendo como Zarpa del Bosque dubitaba en su lugar, él resoplo, siguiendo su paso sin esperar a la pequeña aprendiza.
— Controla a tu aprendiza, Lluvia Escarchada —.
Advirtio el lugarteniente de mala gana, esperando que la mentora aprenda a controlar a su aprendiza asustadiza de mejor manera. Podia escuchar los pequeños pasos de Zarpa de Limoncillo detras suyo y oler su olor, por lo que no dabia girar de nuevo su cabeza para buscarla. Que mañana, preferiria estar patrullando o batallando antes que peleando con aprendices y jovenes mentores.
Dirigio su mirada a la guarida de los veteranos mientras pasaban cerca, antes de salir del campamento. Ni rastro de Chapoteo de Sabalo.