El guerrero marrón se adentró al claro del campamento tomando bocanadas de aire apenas se detuvo, buscando frenéticamente con la mirada a Estrella Helada, tenía algo que informarle y era urgente: había salido en una patrulla de caza tal como era su obligación, pero su grupo había estado horas fuera del campamento sin suerte alguna y la pila de presas se vaciaba rápidamente a cada día que pasaba ¡Necesitaban hacer algo pronto!. Sabía que la líder no era ingenua, quizá ya se había enterado de la falta de presas por otro gato o por cuenta propia, pero su urgencia a informarle la desfortuna de las patrullas no iba a desvanecerse tan fácil, tomó unos cuantos momentos más para recobrar el aliento, manteniendo su optimismo en alto, confiaba que si alguien podía solucionar este problema era la carismática y decisiva líder del Clan del Viento, pronto pudo visualizar su icónico pelaje movilizarse por el campamento y sin dudarlo se acercó a ella con un trote suave, con la cola en alto conservando su buen humor antes de mencionarle las obvias noticias a la contraria.
–Buenas, Estrella Helada.– Saludó con respeto y cordialidad, agachando ligeramente la cabeza en el proceso antes de añadir:–Necesito hablar contigo.–
Su cola se movía de un lado a otro lentamente aún en alto, mirando a la líder con expectativa sin saber cómo empezar exactamente. Era un día bello en el territorio del Clan del Viento, la brisa que recorría el páramo era refrescante y el olor de la vegetación daba una sensación reconfortante, tenía la esperanza de abastecer la pila de presas lo más pronto posible y tenía más que claro que la sabiduría y osadía de Estrella Helada no defraudarían sus deseos. Respiró hondo, manteniendo su sonrisa para dirigirse a la gata.
–Estoy seguro que has notado nuestro creciente problema.– Empezó con un tono de voz contradictorio a la situación, soltando una risa nerviosa y hasta un poco apenada.–Vengo a solicitar de tu experiencia, quizá tú sepas mejor que nadie dónde podrían encontrarse más presas.– Indicó, esperando sonriente la respuesta de su superior confiando que sabrá cómo manejar estos tiempos difíciles.

Última edición por Ala de Halcón el Dom Jul 21, 2024 6:49 pm, editado 1 vez

Escuchó pequeños pasitos apresurarse a su dirección mientras encontraba su camino a su guarida. Al principio pensó que podría tratarse de algún aprendiz o gato joven, hasta que se encontró con la cara redonda y oscurecida de Ala de Halcón cuando volteó. Estrella Helada sintió un toque de curiosidad por el entusiasmo que cargaban los ojos pálidos del recién llegado guerrero. Ella sonrió ligeramente y giró su cuerpo para darle atención al joven.

—A ver, dime.

Esa leve sonrisa se mantuvo en el hocico de Estrella Helada mientras escuchaba las preocupaciones del guerrero hasta que este terminó. Por supuesto, aquello no era porque le pareció graciosa la situación de escasez, tal vez estaba pensando en otra cosa… Con una postura tranquila, observó detrás de Ala de Halcón para ver la movilidad de sus gatos en el campamento y luego volvió a verlo.

—¿A dónde fue tu patrulla?

Con señales ambiguas movió la punta de su cola en una señal de impaciencia, molestia o incomodidad, pero su voz se mantenía perfecta en el tono de la neutralidad.

Alzó las orejas en señal de sorpresa ante la pregunta de Estrella Helada, si bien no le mencionó nada en voz alta su mente corría con pensamientos de un lado a otro, algunos más positivos y emocionados que el resto, le agradaba saber que su líder estaba dispuesta a ayudarle aunque fuese un problema que involucraba a todo el Clan y por tanto también problema de ella. Notó que su cola se movía de una forma inusual, no era felicidad eso sí, ¿Estaría igual de frustrada por la creciente escasez por la que pasaban? Si era así, no quería hacerla perder demasiado tiempo, agitó ambas orejas para aclarar su mente antes de responder la pregunta de la mayor:
–La patrulla no estaba muy lejos del río, Estrella Helada, aunque todas las presas que intentamos cazar terminaron huyendo fuera del territorio.– Informó con un maullido de tristeza propia, aún si encontraban presas que éstas escaparan no suponía ni una pizca de buenos presagios. –Para este paso ya estarán en otra parte de nuestro lado del territorio, quizá con más suerte.–
Agregó el guerrero tratando de “aliviar” las malas noticias, si había un poco de esperanza optaría por creer en ella hasta el final y no era nada diferente en tiempos de urgencia como estos, a veces era bueno tener a alguien así pero reconocía que a veces su positivismo posaba como ingenuidad ante las probabilidades que le jugaban en contra o resultaban poco prometedoras.
Sostuvo su postura firme y animada, paciente ante la respuesta de la gata con mayor experiencia en estas cosas, posando su mirada azul llena de expectativa por si la líder decidía una solución, había escuchado historias de su impulsividad y a veces hasta las había experimentado como consecuencias de sus decisiones, admiraba cómo era capaz de sostener su opinión y las opciones que tomaba con fiereza con tal de aportarle un bien mayor a su Clan; y Ala de Halcón seguiría sus órdenes sin importar lo que fuese o lo que costara.

—Ya veo.

Estrella Helada inclinó ligeramente la cabeza en un gesto pensativo. Observó sus propias garras remover la tierra bajo sus zarpas, y tras pensarlo un poco retomó su postura confiada. Observaba la admiración en los ojos de Ala de Halcón y aquello era suficiente motivación para no perder la compostura ante terribles noticias... No era culpa de sus cazadores...

—Gracias por el reporte, Ala de Halcón, este asunto compromete a todo el clan.

Cuando Estrella Helada se dio la vuelta dio un toque en el omóplato del guerrero con la punta de su cola, antes de llegar a la punta de la roca alta de un fuerte salto.

—¡Que todos los gatos lo suficientemente mayores para cazar sus propias presas se reúnan bajo la Roca Alta para una reunión del clan, ahora!

Entre su alto maullido se alcanzó a asomar un leve gruñido al final, la última patrulla había regresado sin éxito y ya era hora de considerar otras alternativas. El sacudir de su cola se hizo notar, mientras observaba a todos los gatos que se asomaban hacia el claro, contando cada cara familiar. En cuanto el último guerrero llegó, volvió a alzar su voz.

—Todos estamos consientes de lo mucho que el Clan del Viento está necesitado de presas... Incluso desesperado...— Su voz se tiñó de ligero disgusto con aquel comentario—Pero me rehuso a dejar que nuestra situación continúe por este camino. Por eso, necesitamos ayuda.

Zarpa de Trucha se encontraba en la multitud de gatos reunidos bajo la Roca Alta, sus orejas grandes y puntiagudas giraban hacia adelante, atentas a cada palabra de Estrella Helada. Su corazón latía con fuerza al escuchar sobre la desesperación y la necesidad de ayuda del clan. Desde la muerte de su mentor, una nube de incertidumbre lo había envuelto, y esta noticia no hacía más que intensificar sus dudas.

Mientras Estrella Helada hablaba, Zarpa de Trucha no pudo contenerse más. Dio un paso adelante, su pelaje gris, naranja y crema brillando bajo la luz del sol. Su voz, aunque temblorosa al principio, se fue fortaleciendo con cada palabra:

—¿Qué quiere decir con "necesitamos ayuda", Estrella Helada? —preguntó, sus ojos amarillos fijos en el líder del clan—. ¿Cómo podemos recibir ayuda de otros clanes sin parecer débiles?

Sus palabras resonaron en el claro, y los gatos alrededor suyo murmuraron entre ellos. Zarpa de Trucha sentía la mezcla de miedo y esperanza en el aire, y sabía que no era el único con dudas. Miró a su nueva mentora, Lágrima Ambarina, buscando algún indicio de cómo debería sentirse en este momento. Su orgullo y su naturaleza competitiva lo empujaban a no mostrar debilidad, pero la pérdida de su mentor aún pesaba en su corazón.

Las presas llegaron a su fin.

Estaban totalmente pérdidos, la escasez llegó a su límite total, simplemente ya estaban sin alimento, y ahora, también sin hierbas, haciéndolos más vunerables a recibir enfermedades, más teniendo en cuenta la falta de una correcta alimentación.

Un suspiro pesado y decayente cayó en su garganta una vez regreso de una patrulla sin éxito y con las zarpas vacías.

Cada vez se sentía más desorientada y a cierto punto, estresada, y no podía decir que era la única. Estrella Helada debía de estar mil veces peor, el clan bajo sus garras estaba muriendo lentamente, si no hacían algo pronto, no habría más clan del viento en los cuatro clanes.

Sus ojos se posaron en la gran felina, escuchando su llamado con incertidumbre. Antes de que ella comentará el plan, ya sabía lo que diría y cuáles serían sus palabras.

Después de todo, lo habían comentado entre ellas días antes. Sin embargo, una mirada de preocupación y impotencia llamo su atención. Desviando por unos segundos su mirada al pequeño aprendiz a su lado.

Lo envolvió con su rabo con suavidad, dándole confort e intento apaciguar su miedo.

—[color=#cc3300]Todo va a estar bien Zarpa de Trucha, por ahora espera un momento aquí y no hagas demasiado ruido, te explicaré mejor en cuanto acabe la reunión. ¿Esta bien?[/color]

Murmuró , su voz tan dulce y serena se mantuvo, incapaz de reclamar por la falta de respeto al interrumpir a alguien mayor, simplemente decidió persuadir por un momento a su aprendiz, dándole un pequeño toque en la nariz.

— [color=#993300]Espera aquí[/color]

Dijo con calma, antes de seguido despegarse del menor.

Se acercó con trote rápido a la gran roca, tomando asiento a lado de su líder como era debido, dándole un pequeño toque con su cola en señal de apoyo y animandola a continuar con su anuncio.

Sus ojos destellaban de preocupación e incertidumbre, pero se mantuvo serena y firme, dando apoyo en silencio, esperando pacientemente la respuesta de su mayor, mientras su mirada se dispersaba ente su líder y el claro, visualizando cada reacción y cada sentimiento con sumo detalle

Última edición por Lágrima Ambarina el Lun Jul 22, 2024 3:27 am, editado 1 vez

Observó cómo la frustración se posaba cada vez más en el cuerpo de la líder, claramente las malas noticias le pesaban y era su labor encontrar una solución próxima. La enfermedad se estaba haciendo presente día a día y la falta de presas disminuía sin guerreros hábiles para cazar, si hacían algo debía ser pronto antes de que la situación cobrará alguna vida.
Sus ojos azul pálido no perdían la esperanza, seguiría a Estrella Helada hasta donde pudiera. La líder subió a la Roca Alta convocando una reunión, ahora visible de su amargura se limitó a sentarse en el centro donde pudiera verla mejor, escuchando atentamente cada palabra que decía cuando los gatos terminaron de congregarse. Necesitaban ayuda, sí, ¿Pero quién estaría dispuesto a hacer tal cosa? Parecía que varios guerreros tenían la misma duda hasta que Zarpa de Trucha alzó la voz finalmente dándole sonido al pensamiento de todo el Clan seguido de varios murmullos como si la pregunta en voz alta hubiera desencadenado más y más preocupaciones, rompiendo ese silencio tan sútil que había hace pocos segundos.
–Te seguiremos, Estrella Helada.– Maulló con confianza, esperanza en sus zarpas mientras miraba a la líder en lo alto. –Maulla lo qué tienes planeado y considéralo hecho.– Afirmó, tratando de poner la misma confianza en la mente de los demás, aunque fuese interrumpido por unos cuantos estornudos de su parte, sabía que no estaba enfermo, al menos no de gravedad, sus resfriados eran tan frecuentes que lo preocupante sería que no los tuviera a su parecer.

Al oír el llamado de su líder, Enebro salió de su trance mental momentáneamente. Estaba tan sumido en su trabajo que le tomó un momento levantarse, las últimas lunas habían sido demasiado arduas y si bien estaba haciendo lo mejor que podía con lo que tenía al alcance, nada parecía ser suficiente. Ver a tantos gatos enfermos últimamente le pesaba el corazón, esperaba que su líder ofreciera algún tipo de solución para la hambruna. Sin comida, había muy poco que él pudiera hacer para mantener la salud de sus compañeros, sin mencionar la escasez de hierbas..

“Todo esto me está dando un gran dolor de cabeza” pensó aproximándose cabizbajo mientras escuchaba las palabras de Estrella Helada. ¿Ayuda? ¿Del Clan Estelar? O..¿de quién más..? Ay.. el Clan Estelar..Enebro procuraba siempre mantener la esperanza pero se le hacía difícil incluso a él, notaba el nerviosismo de los más jóvenes, lo cual también le agregaba angustia.

“Pobre Zarpa de Trucha” pensó, también controlando que los estornudos de Ala de Halcón no se descontrolaran desde lejos. Amaba ser curandero, pero en momentos como este era difícil.

Su expresión no cambió ante la inquietud que se propagó entre la multitud al escuchar sus palabras, incluso cuando su mirada paró en uno de los más jóvenes de los gatos, Zarpa de Trucha, cuestionando tan controvertido mensaje. Antes de responder propiamente, observó a Lágrima Ambarina tranquilizar al joven, y le dedicó un agradecimiento con la cabeza cuando se reunió con ella en la Roca Alta. Entre las diferentes expresiones que se dibujaban en la cara de sus gatos llamó su atención la devoción de Ala de Halcón, pero no se detuvo más y continuó.

—El Clan del Viento necesita más territorio para cazar, pero atravesar el territorio enemigo sin pensar es igual perjudicial que atravesar hambre, no podemos darnos el lujo de iniciar peleas... Solos

Hizo una breve pausa para mirar a su lugarteniente y luego tomó una postura más firme.

—Requerimos colmillos y garras extra, ¿Qué mejor que unir fuerza con nuestros vecinos? El Clan del Río.— Guardó silencio un momento para observar las reacciones del público, pero no reparó en responder a ellas, en su lugar, añadió— Yo sé que pueden parecer un clan muy diferente, poco adaptados al terreno, pero han pasado muchas dificultades al igual que nosotros; tal vez necesiten un empujón a cambio de su cooperación.

Atento a las palabras de su líder, no podía creer lo que estaba escuchando ¿El Clan del Río? No era precisamente lo que tenía en mente, y posiblemente tendría que resolver ciertas interacciones antes de poder estar en paz con la decisión de Estrella Helada, si bien él no sería quién para oponerse a sus medidas ya que después de todo cualquier gato estaría igual de desesperado. Mantuvo su sonrisa fiel en una señal de admiración por la determinación de la gata, no todos optarían por la alianza e incluso habría quienes podían desear todo lo contrario, pero tiempos de necesidad llamaban y la inteligencia y cautela debían ser lo último en perderse. ”El orgullo se recupera, las vidas no.” Pensó para sus adentros, hacía tiempo ningún gato del Clan del Viento comía algo decente y era más que sabido sobre lo bien abastecidos que eran al otro lado del río antes de las Estaciones más difíciles. Claro eran gatos reservados y arrogantes, pero también era simplemente cruel no ayudar a un Clan vecino en necesidad, si había esperanza se seguiría hasta el fin.
Alzó la cola como símbolo de confianza ante la decisión que había tomado Estrella Helada, un agradecimiento silencioso entre la multitud que aún parecía desanimada y algo conflictiva ante las palabras de la gata, su mirada se dirigió a la lugarteniente, Lágrima Ambarina, aunque no podía distinguir si estaba de acuerdo a tal decisión, pronto lo sabría por las palabras que claramente tenía para decir: quizá palabras que concordaran con la incertidumbre de la multitud o que dieran voz a una posible oposición. De cualquier modo, su sonrisa no se desvaneció, confiaba plenamente en la fuerza mental de los gatos de su Clan para sobrellevar estos tiempos difíciles.

Las respuestas fueron diversas, tal y como lo hubiera esperado, muchos de sus compañeros reaccionaron de una manera distinta.

El miedo,la incertidumbre, la desconfianza, la desesperación, decisión. Eran los principales sentimientos que podían encontrarse en cada mirada de sus compañeros y compañeras.

No los culpaba, incluso ella estaba dudosa y ciertamente no muy convencida ante aquella idea, pero viendo la situación tan desesperante y seriamente bastante difícil, era claro que no tenían muchas opciones.

—¿Pedir ayuda a nuestros vecinos aliento de pescado? Que palabrerías, y más aún, pedir ayuda para ir en ataque contra otro clan, cuando nadie está en condiciones de luchar. Increíble, simplemente increíble

Aquella voz se hizo resonar por todo el claro, sus ojos se afilaron, mientras su pelaje se erizaba. Esa voz que desde cachorra la ha acompañado con desagrado y decepción.

Zarzal Gélido, su madre, esa gata tan amargada y tosca en sus palabras, ahora mismo estaba frente a la roca, su pelaje tan similar al suyo, siendo reconocible entre todos los pelajes de sus compañeros.

— Pero que podíamos esperar. ¡Si es de la misma sangre de un traidor asesino! Debimos haber supuesto que ella también se arriesgaría a ponernos en peligro de traición o muerte en una batalla.

Su cola se agito con nerviosismo e incomodidad, mientras escuchaba esas palabras saliendo de su progenitora, sabiendo que podría acabar en una desgracia o el estrés acumulado de Estrella Helada explotando y mostrándose en alguna oleada de cólera que era mejor evitar.

Se levantó, poniéndose al frente, tomando la palabra antes de que las cosas se salieran de control.

—Podrías dejar tu actitud despectiva de lado por un momento y guardar tus comentarios, Zarzal Gelido.

Exclamó, su voz manteniéndose en una paz y serenidad, pero haciendo destacar la firmeza y rudeza en sus palabras. Zarzal Gélido no hizo más que arrugar el morro, claramente no muy contenta de que su hija respondona la callara frente a todos, sin embargo no dio atención, tenía asuntos más importantes que atender que la amargura de su madre.

Sus ojos pasaron de la gata hacia el resto de sus compañeros, moviendo sus bigotes con inquietud antes de continuar.

— Sé muy bien que es una decisión riesgosa, y te aseguro que Estrella Helada también. Todos sabemos que esto puede tener peligros y riesgos, pero es algo que debemos hacer.

Maulló, su voz está vez siendo más fuerte, teniendo la intención de llamar la atención de todos y hacer prestar atención.

— Las presas finalmente se han acabado, y con las hierbas nos encontramos de la misma manera. Lamentablemente el Clan del Viento no durará mucho más tiempo si no hacemos algo al respecto. — Hizo una pequeña pausa, antes de continuar — Sé muy bien bien que todos tienen miedo, pero está es la única manera que encontramos para poder mantener en pie a nuestro clan. Esto no es tomado a la ligera, tuvimos una conversación respecto a nuestra situación, considerando los hechos, riesgos y beneficios, y finalmente Estrella Helada y yo ya hemos tomado una decisión. Pediremos ayuda al Clan del Río. Sin objeciones ni reproches, la decisión está tomada.

Finalizó, sus orbes lima se posaron brevemente sobre su madre, quién con esa misma expresión de coraje, le dio la espalda y tomó camino en dirección a la guarida, dejándola con el sentimiento de pesar y cierto sentimiento de dolor que oculto en una expresión seria y fría.

— ¿Alguna pregunta?

Última edición por Lágrima Ambarina el Lun Jul 22, 2024 4:50 am, editado 2 veces

Zarpa de Trucha sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al escuchar las palabras de Estrella Helada y Lágrima Ambarina. La idea de aliarse con el Clan del Río, sus históricos rivales, lo llenaba de disgusto y resentimiento. No podía creer que su clan estuviera considerando una alianza con esos "alientos de pescado". Mientras Lágrima Ambarina hablaba, Zarpa de Trucha apretó los dientes, sus ojos amarillos brillando con descontento.

Cuando la lugarteniente hizo la pregunta final, Zarpa de Trucha no pudo contenerse. Murmuró en voz baja, lo suficiente para que algunos gatos cercanos lo escucharan pero no lo suficiente para interrumpir la asamblea.

—Preferiría dejar de comer durante dos lunas antes que mezclarnos con gatos de esa calaña —murmuró, su voz cargada de desdén. Su pelaje se erizó visiblemente, y sus orejas se echaron hacia atrás en una clara muestra de disgusto.

Sus compañeros guerreros a su alrededor lo miraron con una mezcla de comprensión y advertencia. Sabían que su descontento era compartido por muchos, pero también entendían que la decisión ya estaba tomada. Zarpa de Trucha se obligó a calmarse, pero no pudo evitar dirigir una mirada desafiante a Estrella Helada, esperando que ella entendiera cuán difícil era aceptar esta decisión para muchos de los gatos del clan.

Su mirada vagó entre los oyentes, no todos tenían la necesidad de hablar para dar a saber su inquietud, pero Estrella Helada era consolada por la idea de que alguien debía de dar un paso adelante. Buscar en nuevos territorios no había resultado... Entonces, tomarían. Sus orejas se movieron al escuchar una voz poco jovial alzarse entre la multitud, y una vez encontró a su dueño su expresión de serena neutralidad cambió a una de expectativa fría; sus ojos se entrecerraron esperando qué palabras iba a elegir Zarzal Gélido esa vez.

"Misma sangre de un traidor asesino" no era algo nuevo; pero si algo que pocos gatos se habían osado a gritarle a la cara en mucho tiempo. Estrella Helada juntó fuerzas para no enseñar sus colmillos a un compañero de clan, mientras su expresión cambiaba a una de claro disgusto. Apenas se dio cuenta de que su nuca se había erizado, Lágrima Ambarina dio un paso enfrente para tratar de tapar el sol con un dedo.

Estrella Helada la miró atentamente mientras Lágrima Ambarina explicaba la decisión, calmando poco a poco su gesto hostil. Al final, cerró los ojos y negó un poco con la cabeza mientras una leve sonrisa se dibujaba en su boca, ¡Qué reparo! Ya tenían una verdadera pesadilla encima, ¿Por qué preocuparse por ancianas malhumoradas? Ninguno de sus guerreros opinaba lo mismo... ¿Verdad?

—Hago lo que creo conveniente para nuestro clan y solo nuestro clan.— Su gruñido volvió a callar el claro— Nuestra vida guerrera está repleta de desafíos y riesgos, pero jamás los llevaría deliberadamente a una muerte segura por diversión. Si el problema es mi sangre, tengo muchas vidas para repartirla por defender al clan que me vio nacer, y no lo voy a dudar.

Su fuerte temperamento marcó esas palabras, cada una de ellas sonando claras y fuertes, como si buscará contagiar su convicción en ellas. Su cola dio una fuerte sacudida y su hocico se relajó ocultando parcialmente sus colmillos sobresalientes. Después de un suspiro volvió una actitud más sosegada a tomar la palabra.

—Ahora, debemos mostrar nuestra mejor cara. Si los guerreros del Clan del Río huelen a pescado es porque tienen la suerte de tenerlos a todas horas, ¿Quién no envidiaría algo así? Oh... ¿Imaginan tener un río de conejos? No me molestaría que me llamaran aliento de conejo en lo absoluto, se lo perderían.

Ella sola se rió levemente de sus ocurrencias, luego regresó su atención a la misión.

—Bueno, conservemos la formalidad; Ala de Halcón y Amapola Azul me acompañarán al territorio del Clan del Río. Sé que Lágrima Ambarina hará un excelente trabajo en cuidar del campamento en mi ausencia ¡Así concluyo nuestra reunión!

Estrella Helada dedicó una sonrisa fugaz a su lugarteniente y se giró para saltar de la Roca Alta.