Últimos temas
Ceremonias Y Más Ceremonias – Rol Abierto (Clan del Río)Ayer a las 5:10 pm por Pequeña Bosque
Chill out at the border.- rol privado (lluvia escarchada y ceferina)Ayer a las 4:44 pm por Ceferina
— grupo de bagres — Pantanoso & lluvia escarchadaAyer a las 4:48 am por Lluvia Escarchada
Búsqueda de Interés Amoroso para el viejo Pinzón Dom Oct 27, 2024 4:51 am por Pinzón
Nuevas Esperanzas - Rol abierto Clan del TruenoDom Oct 27, 2024 4:42 am por Llamado Glacial
Búsqueda de Amistades Dom Oct 27, 2024 2:47 am por Pequeña Bosque
Solicitud de actualización de fichaDom Oct 27, 2024 12:21 am por Zarpa de Ortiga
— Are you kidding me? — Pantanoso & estrella de serpienteSáb Oct 26, 2024 10:02 pm por Pantanoso
Solicitud de cierre de temasSáb Oct 26, 2024 9:33 pm por Pantanoso
Bienvenido,
Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Se abren las inscripciones a los Altos Cargos
El Otoño ha llegado
¡Apertura! Sean bienvenidos
No hay nada nuevo por aquí
Narración
Icon :
Mensajes : 5
Estrellas : 2440
HP :
Rango : Cuentacuentos
Narrador
En esta noche especial, la luna llena se alza, y el Clan Estelar parece estar encima de todos los guerreros, desde el aprendiz más joven hasta el guerrero más veterano. Los gatos ancestrales esperan que la tregua sea respetada como todas las anteriores, y siguen los pasos de los clanes hacia los Cuatro Árboles.
Situación actual
Estrella de Serpiente
Icon :
Mensajes : 53
Estrellas : 1509
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Usuario
El macho tricolor se dirigía a los Cuatro Árboles con un caminar algo lento pero rítmico, cojeando como era ya costumbre presionándose así mismo para acelerar su propio paso lo mejor que podía, si tenía la opción prefería llegar antes que los demás líderes y así no viesen su dificultad para subir al árbol donde hablarían por el resto de la noche. Si bien muchas veces ese no era el caso por su caminar atrasado, tenía esperanzas de cambiar esta Asamblea partiendo ligeramente más temprano que de costumbre, ya le afectaba bastante pensar lo que dirían los demás líderes de su situación en el Clan ¡No necesitaba la mirada de los demás viéndole esforzarse por subir una simple rama!.
Guiaba a sus gatos por el Puente de Dos Patas como era costumbre en su trayectoria hacia los Cuatro Árboles, la brisa que soplaba el río soltando unas cuantas gotas de agua le resultaban refrescantes y cálidas a la vez, era tan familiar y relajante en un momento de tensión como este, su mente no paraba de agitarse con pensamientos fugaces ¿Qué dirán los otros líderes? ¿Y si no se había enterado de algo y se lo mencionaban en la Asamblea? ¡Clan Estelar, ayúdalo!. Finalmente terminaron su recorrido llegando a donde la Asamblea daría lugar, el lugar parecía no dar indicio de otro Clan presente, realmente eran los primeros en llegar y Estrella de Serpiente suspiró dejando salir la presión que sentía bajo sus fauces.
Mientras sus gatos comenzaban a dispersarse tomando sus respectivos lugares, Estrella de Serpiente se acercó al gran árbol mirándolo de arriba a abajo: tenía que escalar esa cosa horrorosa sí o sí. Agazapándose dispuesto a intentar subir el roble, analizó unas cuantas veces su salto tratando de ver la mejor forma de subir, no había forma de que alcanzara una de las ramas bajas de un salto, tendría que aferrarse a sus zarpas delanteras para lograr su cometido, pegó las orejas al cráneo incierto de su capacidad para trepar intentado tranquilizarse mientras se convencía así mismo de que los demás Clanes tardarían un poco más para llegar y que tenía el suficiente tiempo para acomodarse.
Saltó débilmente, llegando hasta una parte que para él era un gran salto –pero en verdad era un salto que hasta el más reciente aprendiz podía hacer– aferrando sus zarpas delanteras al roble, encajando sus garras tanto como podía, empezó su travesía escaladora: una pata, luego la otra, después se dejaba colgar mientras su pata trasera buena lo impulsaba hacia arriba y la última que le quedaba simplemente permanecía inmóvil siendo arrastrada lentamente junto con él. Estaba seguro de poder llegar a la rama más baja cuando de pronto sintió un crujir bajo su cuerpo y rápidamente se encontró con una caída dura al suelo, soltando un gruñido entre frustrado y adolorido, se incorporó nuevamente dispuesto a subir, volvió en redondo encarando el roble agazapándose nuevamente, moviendo su cola de un lado a otro calculando el salto, cuando creyó que lo tenía empezó su batalla: garras aferrándose a la superficie dura, esta vez avanzando sin perder el tiempo, impulsando su cuerpo lo mejor que podían. ¡Finalmente había alcanzado la rama baja! Una gran victoria para Estrella de Serpiente en cada Asamblea, le parecía agotador hacer tal cosa. Esperen, ¿Qué es ese sonido?. La rama crujió bajo su peso y lo hizo conocer el suelo duro nuevamente. Ups.
–¡Cagarrutas de Rana!.– Exclamó en un grito claramente molesto consigo mismo. Tomó varios respiros agitados antes de suspirar en indignación, resentido ante su total fracaso. Necesitaba apurarse, quién sabe cuánto tiempo más le tomaría a los demás Clanes venir.
Agachando su cuerpo en posición una vez más, saltó sin pensar su salto, la presión de que alguien más lo viera luchando por subir era vergonzosamente enorme. Aferrándose con todas sus fuerzas, no paró ni un segundo en su escalar hasta que hubiese llegado a una rama más gruesa. Suponiendo que fuese más resistente, dió un pequeño salto para sujetarse de esta, consciente que desde abajo pudiese parecer que estaba en problemas a punto de caer por tercera vez, después de unos largos segundos pudo acomodarse finalmente tomando asiento en la rama, contento de su logro ¡Y ningún líder parecía haber llegado para presenciar tal pena! Aunque no dudaba que estuviesen bastante cerca.
Guiaba a sus gatos por el Puente de Dos Patas como era costumbre en su trayectoria hacia los Cuatro Árboles, la brisa que soplaba el río soltando unas cuantas gotas de agua le resultaban refrescantes y cálidas a la vez, era tan familiar y relajante en un momento de tensión como este, su mente no paraba de agitarse con pensamientos fugaces ¿Qué dirán los otros líderes? ¿Y si no se había enterado de algo y se lo mencionaban en la Asamblea? ¡Clan Estelar, ayúdalo!. Finalmente terminaron su recorrido llegando a donde la Asamblea daría lugar, el lugar parecía no dar indicio de otro Clan presente, realmente eran los primeros en llegar y Estrella de Serpiente suspiró dejando salir la presión que sentía bajo sus fauces.
Mientras sus gatos comenzaban a dispersarse tomando sus respectivos lugares, Estrella de Serpiente se acercó al gran árbol mirándolo de arriba a abajo: tenía que escalar esa cosa horrorosa sí o sí. Agazapándose dispuesto a intentar subir el roble, analizó unas cuantas veces su salto tratando de ver la mejor forma de subir, no había forma de que alcanzara una de las ramas bajas de un salto, tendría que aferrarse a sus zarpas delanteras para lograr su cometido, pegó las orejas al cráneo incierto de su capacidad para trepar intentado tranquilizarse mientras se convencía así mismo de que los demás Clanes tardarían un poco más para llegar y que tenía el suficiente tiempo para acomodarse.
Saltó débilmente, llegando hasta una parte que para él era un gran salto –pero en verdad era un salto que hasta el más reciente aprendiz podía hacer– aferrando sus zarpas delanteras al roble, encajando sus garras tanto como podía, empezó su travesía escaladora: una pata, luego la otra, después se dejaba colgar mientras su pata trasera buena lo impulsaba hacia arriba y la última que le quedaba simplemente permanecía inmóvil siendo arrastrada lentamente junto con él. Estaba seguro de poder llegar a la rama más baja cuando de pronto sintió un crujir bajo su cuerpo y rápidamente se encontró con una caída dura al suelo, soltando un gruñido entre frustrado y adolorido, se incorporó nuevamente dispuesto a subir, volvió en redondo encarando el roble agazapándose nuevamente, moviendo su cola de un lado a otro calculando el salto, cuando creyó que lo tenía empezó su batalla: garras aferrándose a la superficie dura, esta vez avanzando sin perder el tiempo, impulsando su cuerpo lo mejor que podían. ¡Finalmente había alcanzado la rama baja! Una gran victoria para Estrella de Serpiente en cada Asamblea, le parecía agotador hacer tal cosa. Esperen, ¿Qué es ese sonido?. La rama crujió bajo su peso y lo hizo conocer el suelo duro nuevamente. Ups.
–¡Cagarrutas de Rana!.– Exclamó en un grito claramente molesto consigo mismo. Tomó varios respiros agitados antes de suspirar en indignación, resentido ante su total fracaso. Necesitaba apurarse, quién sabe cuánto tiempo más le tomaría a los demás Clanes venir.
Agachando su cuerpo en posición una vez más, saltó sin pensar su salto, la presión de que alguien más lo viera luchando por subir era vergonzosamente enorme. Aferrándose con todas sus fuerzas, no paró ni un segundo en su escalar hasta que hubiese llegado a una rama más gruesa. Suponiendo que fuese más resistente, dió un pequeño salto para sujetarse de esta, consciente que desde abajo pudiese parecer que estaba en problemas a punto de caer por tercera vez, después de unos largos segundos pudo acomodarse finalmente tomando asiento en la rama, contento de su logro ¡Y ningún líder parecía haber llegado para presenciar tal pena! Aunque no dudaba que estuviesen bastante cerca.
Estrella Rota
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1414
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Administrador
La luna llena estaba por alcanzar su punto más alto pronto, por lo que Estrella Rota se acercó con prisa a la Peña Alta, escalándola de dos saltos. El líder convocó al Clan, y todos salieron bastante rápido de sus guaridas pues estaban conscientes de lo que esa noche significada para todos los clanes: la Asamblea. Aquella noche en donde los guerreros y aprendices de los cuatro clanes se reunían a cotillear mientras los líderes daban las buenas noticias que habían acontecido en sus propios campamentos. La verdad era que no había sucedido mucho en el Clan del Trueno, todo permanecía tranquilo, aunque al gato le preocupaba que en esa estación, no hubiesen nacido tantos cachorros como en estaciones pasadas, ¿Estaría el Clan del Trueno en falta de guerreros? ¿A qué cosas debería recurrir para obtener gatos jóvenes y dispuestos a servir a su amado Clan?
El líder seleccionó a los guerreros y aprendices que lo acompañarían a la Asamblea.
—Gatos del Clan del Trueno, ¡Andando!— ordenó, antes de salir con algo de prisas hacia el túnel de aulagas, no sin antes voltear su cabeza hacia la maternidad, donde descansaban su pareja e hijas. Estrella Rota pensó en que le gustaría que Cola Floral mostrara interés por la política, por interactuar con otros, o intereses en general...
El viaje hacia los Cuatro Árboles fue tranquilo. El líder encabezaba el grupo junto a Diente de Campañol, el guerrero veterano y él iban conversando sobre las preocupaciones del amarronado, sobre la falta de cachorros en el Clan y lo que eso podría significar para estaciones venideras. El ojiverde se preguntaba por qué el guerrero no había engendrado mas cachorros, ya que sus hijos ya eran aprendices jóvenes, pero tuvo que recordarse a sí mismo que Diente de Campañol a veces podía ser similar a un lirón, y rió para sus adentros. El paso del grupo redujo su velocidad cuando el olor a Clan del Río inundó sus fosas nasales, y supo que no estaban llegando tan tarde como creían, o el resto de Clanes estaría llegando extremadamente tarde.
Los Cuatro Árboles se veían espléndidos como siempre, y Estrella Rota no pudo evitar sentir escalofríos al nuevamente poder ser parte de la costumbre que sus antepasados habían impuesto hace incontables generaciones, tan largas como las raíces de esos árboles. Hizo una señal con la cola hacia sus guerreros para que se dispersaran, y él se dirigió hacia el árbol donde estaba ya subido Estrella de Serpiente y dejó que Crepúsculo Nocturno se acomodara en las raíces de éste.
De un poderoso salto, el líder usó sus garras para treparse hacia la rama, orgulloso de mostrar sus musculosos flancos, ya que ésta era una habilidad única de su clan. Era tan bueno para trepar árboles como para comer ratones de un bocado.
Al finalmente poder sentarse sobre la rama, reposó su cola alrededor de sus patas y saludó al líder del Clan del Río.
—Saludos, Estrella de Serpiente —el gato apartó la mirada— . Esperamos no haberlos hecho esperar demasiado.
El líder seleccionó a los guerreros y aprendices que lo acompañarían a la Asamblea.
—Gatos del Clan del Trueno, ¡Andando!— ordenó, antes de salir con algo de prisas hacia el túnel de aulagas, no sin antes voltear su cabeza hacia la maternidad, donde descansaban su pareja e hijas. Estrella Rota pensó en que le gustaría que Cola Floral mostrara interés por la política, por interactuar con otros, o intereses en general...
El viaje hacia los Cuatro Árboles fue tranquilo. El líder encabezaba el grupo junto a Diente de Campañol, el guerrero veterano y él iban conversando sobre las preocupaciones del amarronado, sobre la falta de cachorros en el Clan y lo que eso podría significar para estaciones venideras. El ojiverde se preguntaba por qué el guerrero no había engendrado mas cachorros, ya que sus hijos ya eran aprendices jóvenes, pero tuvo que recordarse a sí mismo que Diente de Campañol a veces podía ser similar a un lirón, y rió para sus adentros. El paso del grupo redujo su velocidad cuando el olor a Clan del Río inundó sus fosas nasales, y supo que no estaban llegando tan tarde como creían, o el resto de Clanes estaría llegando extremadamente tarde.
Los Cuatro Árboles se veían espléndidos como siempre, y Estrella Rota no pudo evitar sentir escalofríos al nuevamente poder ser parte de la costumbre que sus antepasados habían impuesto hace incontables generaciones, tan largas como las raíces de esos árboles. Hizo una señal con la cola hacia sus guerreros para que se dispersaran, y él se dirigió hacia el árbol donde estaba ya subido Estrella de Serpiente y dejó que Crepúsculo Nocturno se acomodara en las raíces de éste.
De un poderoso salto, el líder usó sus garras para treparse hacia la rama, orgulloso de mostrar sus musculosos flancos, ya que ésta era una habilidad única de su clan. Era tan bueno para trepar árboles como para comer ratones de un bocado.
Al finalmente poder sentarse sobre la rama, reposó su cola alrededor de sus patas y saludó al líder del Clan del Río.
—Saludos, Estrella de Serpiente —el gato apartó la mirada— . Esperamos no haberlos hecho esperar demasiado.
But do you feel
like a young god?
I'm the king of everything and oh, my tongue is a weapon
Estrella de Sauce
Icon :
Mensajes : 16
Estrellas : 1387
HP :
Género : Femenino
Rango : Líder
Usuario
La noche que el Clan Estelar les había otorgado para celebrar la Asamblea era simplemente perfecta, creía en lo profundo que no habría mejor momento que en el que estaban.
El claro estaba lleno de orejas atentas, mirando hacia la Roca del Clan cuando Estrella de Sauce apenas subía a ella, ¿pues quién podría olvidarse de un acontecimiento tan exclusivo? No todo el clan podía ir lógicamente, así que los guerreros aprovechaban el cumplir con su deber para poder ser elegidos y los aprendices andaban inquietos, cuchicheando entre ellos, aguardando la palabra que confirmaría su afortunada asistencia. Ésta visión regocijaba el corazón de la líder, agradecida de la paciencia de su grupo. Cuando nombró a quienes la acompañarían, bajó del peñasco y aguardó sentada cercas de las zarzas que cubrían el campamento, observando cada tanto las caras conocidas, algunas emocionadas y otras más tímidas.
—¿Estamos listos para marchar? —inquirió hacia Susurro de Cuervo esperando la afirmativa que necesitaba antes de disponerse a marchar. Llegando a la frontera, Estrella de Sauce visualizó la luna antes de mirar sus compañeros y después sintió el hedor que a a sus fauces llegaba; el del Sendero Atronador, que estaba más cerca de ellos ahora. Ni siquiera arrugó la nariz cuando sus primeros pasos por el túnel fueron dados, acostumbrada ya al no tan placentero ambiente del Vertedero; en sus gatos posiblemente sería el mismo casos, al menos los más viejos entre ellos.
Sin disturbios, lograron llegar al final del túnel.
La vegetación afloraba de una manera distinta, y cada paso era la señal de comenzar a entrar en territorio compartido. Estrella de Sauce mandó una orden con la cola que advertía de prestar atención al entorno antes de seguir, llegando eventualmente a los Cuatro Árboles. Pudo sentir el olor de dos clanes: el Clan del Río, reconocible por aquel aroma a pescado bailando en su paladar y el del Clan del Trueno, de cuyo territorio estaban cerca.
Tras dar la orden, los felinos sombríos se dispersaron y Estrella de Sauce retomó la marcha con una caminata desgarbada pero confiada, dejando que su pesado cuerpo la llevase hacia allí.
—Mm, parece que no llego tan tarde —murmuró impasible, sus luminosos orbes distinguiendo las dos presencias sobre las ramas. Al alcanzar el ras de las raíces, desvió un minuto su aguda visión nocturna y optó por ignorar la tierra revuelta y los arañazos al tronco antes de encoger su cuerpo un segundo antes de saltar. Sujetó su peso con la corteza entre sus garras, subiendo sin mucho problema, pero careciendo de la total gracia con la que los felinos del Clan del Trueno escalaban. Dejó escapar un carrasqueo satisfecho tras el esfuerzo antes de levantar la voz.
—Buenas noches Estrella de Serpiente, Estrella Rota. —cerrando su morro un momento, su labio acarició el flanco de su colmillo sobresalido con curiosidad. ¿Y el Clan del Viento?—. Por lo que veo, no solo me estaban aguardando a mi.
El Clan del Viento ausente...
Estrella de Sauce desvió la mirada en la dirección de dicho clan un momento antes de poner su vista sobre el tumulto de pelajes conjunto bajo sus zarpas. Le parecía intrigante que justo fuera aquel clan el faltante.
El claro estaba lleno de orejas atentas, mirando hacia la Roca del Clan cuando Estrella de Sauce apenas subía a ella, ¿pues quién podría olvidarse de un acontecimiento tan exclusivo? No todo el clan podía ir lógicamente, así que los guerreros aprovechaban el cumplir con su deber para poder ser elegidos y los aprendices andaban inquietos, cuchicheando entre ellos, aguardando la palabra que confirmaría su afortunada asistencia. Ésta visión regocijaba el corazón de la líder, agradecida de la paciencia de su grupo. Cuando nombró a quienes la acompañarían, bajó del peñasco y aguardó sentada cercas de las zarzas que cubrían el campamento, observando cada tanto las caras conocidas, algunas emocionadas y otras más tímidas.
—¿Estamos listos para marchar? —inquirió hacia Susurro de Cuervo esperando la afirmativa que necesitaba antes de disponerse a marchar. Llegando a la frontera, Estrella de Sauce visualizó la luna antes de mirar sus compañeros y después sintió el hedor que a a sus fauces llegaba; el del Sendero Atronador, que estaba más cerca de ellos ahora. Ni siquiera arrugó la nariz cuando sus primeros pasos por el túnel fueron dados, acostumbrada ya al no tan placentero ambiente del Vertedero; en sus gatos posiblemente sería el mismo casos, al menos los más viejos entre ellos.
Sin disturbios, lograron llegar al final del túnel.
La vegetación afloraba de una manera distinta, y cada paso era la señal de comenzar a entrar en territorio compartido. Estrella de Sauce mandó una orden con la cola que advertía de prestar atención al entorno antes de seguir, llegando eventualmente a los Cuatro Árboles. Pudo sentir el olor de dos clanes: el Clan del Río, reconocible por aquel aroma a pescado bailando en su paladar y el del Clan del Trueno, de cuyo territorio estaban cerca.
Tras dar la orden, los felinos sombríos se dispersaron y Estrella de Sauce retomó la marcha con una caminata desgarbada pero confiada, dejando que su pesado cuerpo la llevase hacia allí.
—Mm, parece que no llego tan tarde —murmuró impasible, sus luminosos orbes distinguiendo las dos presencias sobre las ramas. Al alcanzar el ras de las raíces, desvió un minuto su aguda visión nocturna y optó por ignorar la tierra revuelta y los arañazos al tronco antes de encoger su cuerpo un segundo antes de saltar. Sujetó su peso con la corteza entre sus garras, subiendo sin mucho problema, pero careciendo de la total gracia con la que los felinos del Clan del Trueno escalaban. Dejó escapar un carrasqueo satisfecho tras el esfuerzo antes de levantar la voz.
—Buenas noches Estrella de Serpiente, Estrella Rota. —cerrando su morro un momento, su labio acarició el flanco de su colmillo sobresalido con curiosidad. ¿Y el Clan del Viento?—. Por lo que veo, no solo me estaban aguardando a mi.
El Clan del Viento ausente...
Estrella de Sauce desvió la mirada en la dirección de dicho clan un momento antes de poner su vista sobre el tumulto de pelajes conjunto bajo sus zarpas. Le parecía intrigante que justo fuera aquel clan el faltante.
Estrella Helada
Icon :
Mensajes : 30
Estrellas : 1440
HP :
Género : Femenino
Rango : Líder
Usuario
Su característica figura atigrada lideraba al Clan del Viento hacia la pequeña depresión debajo de los cuatro árboles. Pese a su aspecto delicado y su inesperada tardanza, Estrella Helada se abrió paso digna entre los gatos de los demás clanes, quienes con una apariencia presumiblemente bendecida por el Clan Estelar parecían ser más grandes que ella. La gata tenía un pelaje grueso que, junto a su oscuridad, no permitían observar libremente sus costillas, y no se permitió una postura penosa. Dio la orden de dispersión a sus gatos y caminó hasta las raíces de los robles. Algo curioso que notó fueron algunas marcas de arañazos en el tronco siquiera antes de alcanzar la rama más baja ¿Acaso un aprendiz se puso a jugar ahí antes de que su líder llegara? Su larga cola se balanceó con incomodidad, si bien tenía un equilibrio decente, no estaba acostumbrada a trepar árboles... Mas ante la debilidad y la habilidad el orgullo era más grande, por lo que se impulsó con sus patas traseras en un buen salto que abarcó buena parte del tronco, después de todo las zancadas potentes eran especialidad a la hora de ser cazador en el Clan del Viento. Subió con ligeras dificultades e incomodidad hasta alcanzar la rama para tomar su lugar. Dejó escapar un suspiro de esfuerzo y luego se enderezó.
—Buenas noches.
Puede que Estrella Helada no tuviera una cara amistosa por naturaleza, pero aún así dedicó una sonrisa de cordialidad a los demás líderes. Sin explicaciones. Sin disculpas.
—Buenas noches.
Puede que Estrella Helada no tuviera una cara amistosa por naturaleza, pero aún así dedicó una sonrisa de cordialidad a los demás líderes. Sin explicaciones. Sin disculpas.
Estrella de Serpiente
Icon :
Mensajes : 53
Estrellas : 1509
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Usuario
Estrella de Serpiente se limitó a saludar a los demás líderes agachando la cabeza en señal de respeto, llegar hasta una rama decentemente alta le había tomado un esfuerzo que ni siquiera él pudo haber anticipado, estaba física y, en menor cantidad, mentalmente exhausto, peor aún apenas estaba comenzando la asamblea una vez que el Clan del Viento apareció. Al ver a los gatos del Viento dispersarse no pudo evitar soltar una expresión de preocupación, todos se veían flacos, algunos mostraban las costillas y ninguno se veía particularmente feliz de estar ahí, a lo mucho cargaban un orgullo silencioso que sólo hacía a su mente preocuparse aún más, dadas las condiciones en las que se veían no le sorprendía que hubieran llegado tarde ¡Con un cuerpo así ni el mismo quisiera moverse!.
Cuando Estrella Helada subió al árbol, tenía que admitir que sintió una vergüenza hacia sí mismo observando cómo ella con la condición que traía podía subir con tanta facilidad las ramas altas, ¿Los demás líderes de habrán dado cuenta de sus zarpazos fallidos en el tronco? Si era así rezaba al Clan Estelar que no lo mencionaran y esperaba con ansias que esa noche no hubiera algún tema a discutir que lo dejara en peor vergüenza.
–Buenas noches, me alegra que llegaran.– Maulló en un tono bajo, estaba tenso ante lo que podrían reportar los demás líderes, ansioso por lo que habrá pasado en los demás Clanes y aún más por si había noticias extra qué contar. –¿Quién de ustedes quisiera empezar? Admito que llegué ligeramente más temprano de lo usual, no sería justo empezar primero.– Añadió, ofreciendo la palabra a los tres gatos restantes sin repasar de más los motivos de su llegada apurada mientras tomaban lugar los numerosos maullidos sonoros de guerreros y aprendices poniéndose al día unos con otros en la única noche donde cualquiera podría relajarse sin temer al colapso de una guerra, especialmente con tantos gatos reunidos bajo los Cuatro Árboles, unos en mejor estado que otros.
Su mirada pasaba entre los gatos del Clan del Viento y luego a los gatos de su propio Clan, si bien había una diferencia notable, sus guerreros se notaban más delgados de lo usual, pensando en que quizá el Clan vecino estaba compartiendo su mismo problema en la escasez de presas para alimentarse o peor aún se estaban recuperando de una enfermedad poco duradera que recientemente los había azotado… Eso sería una exageración, pero al macho tricolor le fascinaba perderse en su propia mente cuando venía a casos tan peculiares y extraños como ver a dos clanes bien abastecidos y luego a la mitad restante perdiendo de a poco su masa corporal, aunque Estrella de Serpiente aplicaría lo mismo que hacía siempre que había una Asamblea: no mencionaría ningún problema si los demás líderes no lo hacían con tal de no parecer débil ante ellos, ya era bastante sufrir cojera, no dejaría que algo más afectará su imagen ante ellos.
Cuando Estrella Helada subió al árbol, tenía que admitir que sintió una vergüenza hacia sí mismo observando cómo ella con la condición que traía podía subir con tanta facilidad las ramas altas, ¿Los demás líderes de habrán dado cuenta de sus zarpazos fallidos en el tronco? Si era así rezaba al Clan Estelar que no lo mencionaran y esperaba con ansias que esa noche no hubiera algún tema a discutir que lo dejara en peor vergüenza.
–Buenas noches, me alegra que llegaran.– Maulló en un tono bajo, estaba tenso ante lo que podrían reportar los demás líderes, ansioso por lo que habrá pasado en los demás Clanes y aún más por si había noticias extra qué contar. –¿Quién de ustedes quisiera empezar? Admito que llegué ligeramente más temprano de lo usual, no sería justo empezar primero.– Añadió, ofreciendo la palabra a los tres gatos restantes sin repasar de más los motivos de su llegada apurada mientras tomaban lugar los numerosos maullidos sonoros de guerreros y aprendices poniéndose al día unos con otros en la única noche donde cualquiera podría relajarse sin temer al colapso de una guerra, especialmente con tantos gatos reunidos bajo los Cuatro Árboles, unos en mejor estado que otros.
Su mirada pasaba entre los gatos del Clan del Viento y luego a los gatos de su propio Clan, si bien había una diferencia notable, sus guerreros se notaban más delgados de lo usual, pensando en que quizá el Clan vecino estaba compartiendo su mismo problema en la escasez de presas para alimentarse o peor aún se estaban recuperando de una enfermedad poco duradera que recientemente los había azotado… Eso sería una exageración, pero al macho tricolor le fascinaba perderse en su propia mente cuando venía a casos tan peculiares y extraños como ver a dos clanes bien abastecidos y luego a la mitad restante perdiendo de a poco su masa corporal, aunque Estrella de Serpiente aplicaría lo mismo que hacía siempre que había una Asamblea: no mencionaría ningún problema si los demás líderes no lo hacían con tal de no parecer débil ante ellos, ya era bastante sufrir cojera, no dejaría que algo más afectará su imagen ante ellos.
Estrella Rota
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1414
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Administrador
No pasó mucho tiempo hasta que el Clan de la Sombra y el Clan del Viento llegaran. El líder saludó a Estrella de Sauce con respeto, pero en cuanto llegó Estrella Helada, se quedó boquiabierto. Los gatos se veían hasta en los huesos, y desprendían un desagradable olor a hambruna y enfermedad. Estrella Rota tuvo que forzarse a no arrugar la nariz por el hedor, y se limitó a saludar a Estrella Helada con la cabeza. El amarronado concluyó que quizá el Clan del Viento estaba teniendo problemas con los Dos Patas o algo, ningún líder dejaría que su Clan llegase a lucir sus huesos voluntariamente, ¿Verdad?
Estrella de Serpiente lo sacó de sus pensamientos, y Estrella Rota no podía parecer tan disgustado. El líder del Clan del Río carecía de lo que se necesitaba para ser uno, ¿Cómo era posible que un líder, no tomara el liderazgo? Dejaba que sus iguales de los Clanes rivales decidieran por él. Era tan blando, que Estrella Rota no pudo evitar sentir más disgusto aún ante tal situación, parecía una broma del Clan Estelar. Se sentía rodeado de incompetentes, líderes que no sabían liderar. Miró con orgullo a su Clan, bien abastecido y con fuertes guerreros. Ni siquiera se disculpó antes de comenzar a dar las noticias de su clan.
—Saludos a todos —comenzó, hablando lo suficientemente alto como para que todos lo escuchasen—. La Asamblea da ahora comienzo. Iniciaremos con buenas noticias de parte del Clan del Trueno. Muy pronto, Pequeña Jazmín y Florecita comenzarán su entrenamiento pronto como aprendices, lo cual nos asegurarán aprendices fuertes y experimentados para las próximas estaciones. También, hemos encontrado una cachorra en el bosque, sin rastro de sus padres alrededor. Por lo que la hemos acogido, y será entrenada como aprendiz próximamente. Por suerte, el Clan del Trueno puede permitirse alimentarla y sabemos que retribuirá a futuro, sirviéndonos y honrando al Clan Estelar. —el líder hizo una pausa por un momento— Gracias al Clan Estelar, las presas abundan en nuestro territorio y el Clan del Trueno se encuentra en una época de gloria para el cachorro más joven, hasta el veterano más anciano.
El líder finalizó su enunciado, y sonrió orgullosamente.
Estrella de Serpiente lo sacó de sus pensamientos, y Estrella Rota no podía parecer tan disgustado. El líder del Clan del Río carecía de lo que se necesitaba para ser uno, ¿Cómo era posible que un líder, no tomara el liderazgo? Dejaba que sus iguales de los Clanes rivales decidieran por él. Era tan blando, que Estrella Rota no pudo evitar sentir más disgusto aún ante tal situación, parecía una broma del Clan Estelar. Se sentía rodeado de incompetentes, líderes que no sabían liderar. Miró con orgullo a su Clan, bien abastecido y con fuertes guerreros. Ni siquiera se disculpó antes de comenzar a dar las noticias de su clan.
—Saludos a todos —comenzó, hablando lo suficientemente alto como para que todos lo escuchasen—. La Asamblea da ahora comienzo. Iniciaremos con buenas noticias de parte del Clan del Trueno. Muy pronto, Pequeña Jazmín y Florecita comenzarán su entrenamiento pronto como aprendices, lo cual nos asegurarán aprendices fuertes y experimentados para las próximas estaciones. También, hemos encontrado una cachorra en el bosque, sin rastro de sus padres alrededor. Por lo que la hemos acogido, y será entrenada como aprendiz próximamente. Por suerte, el Clan del Trueno puede permitirse alimentarla y sabemos que retribuirá a futuro, sirviéndonos y honrando al Clan Estelar. —el líder hizo una pausa por un momento— Gracias al Clan Estelar, las presas abundan en nuestro territorio y el Clan del Trueno se encuentra en una época de gloria para el cachorro más joven, hasta el veterano más anciano.
El líder finalizó su enunciado, y sonrió orgullosamente.
But do you feel
like a young god?
I'm the king of everything and oh, my tongue is a weapon
Pantanoso
Icon :
Mensajes : 37
Estrellas : 1487
HP :
Género : Masculino
Rango : Lugarteniente
Usuario
— Crepúsculo Nocturno, Estrella Rota —. Saludo a ambos gatos del Clan del Trueno en cuanto llegaron, él esperaba paciente debajo de las Ramas Altas, mirando protectoramente a su clan. — Ceniza de Pino, Estrella de Sauce —. Saludo a los pocos minutos a ambas gatas del Clan de la Sombra.
El Clan del Viento estaba tarde...
Pues tardaron largos minutos en aparecer y Pantanoso los saludo al igual que a los demás: — Lágrima Ambarina, Estrella Helada —. Su voz ronca y dura.
Cuando ya estuvieron todos, Pantanoso comenzó con su sesión silenciosa de vigilancia. Esta noche Zarpa Soleada no asistiría a la Asamblea como parte de su castigo, escuchaba girando sus orejas las conversaciones más cercanas, siempre callado, pero atento a todo, los lugartenientes a su lado hablaron un par de minutos entre ellos antes de que comenzara la Asamblea, siendo Estrella de Serpiente quien pregunto acerca sobre quien quería comenzar a hablar primero.
Una espina le pincho el pecho al saber lo que pensaba Estrella Rota sobre su primo, estaba claro que el líder del Clan del Trueno disgustaba del liderazgo del líder cojo, pero hacia un gran trabajo escondiendo dicho disgusto. O al menos de los demás, ahora que Pantanoso sabía sus verdaderos ideales sobre Estrella de Serpiente, el olor a asco, a enojo, le llego de a poco a sus fosas nasales, sabiendo bien de quien provenía dicho olor. A pesar de sus ganas de comentar algo, su rango era inferior y debía permanecer callado cuando los líderes hablaban.
Escucho atento a Estrella Rota y se mostró conforme cuando este no comento nada acerca del encuentro y el mal accionar de Hoja Soleada en la frontera con él. Por otra parte, le disgusto escuchar que el Clan del Trueno se encontraba en buenas condiciones alimenticias, las presas, los peces, en el territorio comenzaban a escasear y él podía llegar a pasar días enteros sin probar bocado si eso significaba que otros coman.
"El Clan del Trueno se encuentra en una época de gloria"
Las palabras dichas al final le molestaron levemente en la garganta, como si tuviera una bola de pelo y tuviera ganas de escupirla. De hecho, se pudo ver como levemente sus ojos se entrecerraron y su nariz se arrugó, un gesto muy leve, pero que aquellos que lo conocían cercanamente sabrían que algo le molesto. Algo no le gustaba de Estrella Rota, ni de Estrella de Helada, bueno en realidad de ninguno era demasiado desconfiado como para que le agraden los demas.
El Clan del Viento estaba tarde...
Pues tardaron largos minutos en aparecer y Pantanoso los saludo al igual que a los demás: — Lágrima Ambarina, Estrella Helada —. Su voz ronca y dura.
Cuando ya estuvieron todos, Pantanoso comenzó con su sesión silenciosa de vigilancia. Esta noche Zarpa Soleada no asistiría a la Asamblea como parte de su castigo, escuchaba girando sus orejas las conversaciones más cercanas, siempre callado, pero atento a todo, los lugartenientes a su lado hablaron un par de minutos entre ellos antes de que comenzara la Asamblea, siendo Estrella de Serpiente quien pregunto acerca sobre quien quería comenzar a hablar primero.
Una espina le pincho el pecho al saber lo que pensaba Estrella Rota sobre su primo, estaba claro que el líder del Clan del Trueno disgustaba del liderazgo del líder cojo, pero hacia un gran trabajo escondiendo dicho disgusto. O al menos de los demás, ahora que Pantanoso sabía sus verdaderos ideales sobre Estrella de Serpiente, el olor a asco, a enojo, le llego de a poco a sus fosas nasales, sabiendo bien de quien provenía dicho olor. A pesar de sus ganas de comentar algo, su rango era inferior y debía permanecer callado cuando los líderes hablaban.
Escucho atento a Estrella Rota y se mostró conforme cuando este no comento nada acerca del encuentro y el mal accionar de Hoja Soleada en la frontera con él. Por otra parte, le disgusto escuchar que el Clan del Trueno se encontraba en buenas condiciones alimenticias, las presas, los peces, en el territorio comenzaban a escasear y él podía llegar a pasar días enteros sin probar bocado si eso significaba que otros coman.
"El Clan del Trueno se encuentra en una época de gloria"
Las palabras dichas al final le molestaron levemente en la garganta, como si tuviera una bola de pelo y tuviera ganas de escupirla. De hecho, se pudo ver como levemente sus ojos se entrecerraron y su nariz se arrugó, un gesto muy leve, pero que aquellos que lo conocían cercanamente sabrían que algo le molesto. Algo no le gustaba de Estrella Rota, ni de Estrella de Helada, bueno en realidad de ninguno era demasiado desconfiado como para que le agraden los demas.
Lirio de Serpiente
Icon :
Mensajes : 20
Estrellas : 1410
HP :
Género : Femenino
Rango : Guerrero
Usuario
Siguiendo a Estrella de Sauce y al resto de sus compañeros de clan, se encaminaron hacia los Cuatro Árboles para asistir a la asamblea. La noche era clara, y la luz de la luna llena iluminaba el sendero que recorrían. A medida que se aproximaban, el olor del Clan del Río y del Clan del Trueno llegó a la nariz de la pálida felina, mezclándose con el aroma fresco de la vegetación nocturna.
—(No huelo al Clan del Viento)— pensó para sí misma la guerrera, frunciendo el ceño. Recordó el encuentro que tuvo con el curandero del Clan del Viento hace algunos días. El estado delgado en el que lo vio y la necesidad que debió haber sentido para arriesgarse a entrar en territorio hostil en busca de hierbas medicinales le daba cierta curiosidad, además de una pizca de preocupación. Se preguntaba si los felinos del Viento asistirían a la asamblea, o si las dificultades que podrían estar enfrentando los habrían retenido.
Una vez divisó al resto de los gatos de los otros clanes, con excepción del Clan del Viento, notó cómo lentamente algunos de sus compañeros de clan se acercaban a saludar a sus amistades de los otros clanes. Los saludos eran cálidos y llenos de camaradería, algo que siempre la sorprendía en estos encuentros temporales de paz. Ella, en cambio, solo tomó asiento entre el resto de sus compañeros de clan que tampoco tenían con quién socializar o simplemente preferían no hacerlo. La pálida felina levantó sus orejas para escuchar los cotilleos de los demás clanes.
A pesar de haber asistido anteriormente como aprendiz, realmente nunca logró congeniar con ninguno de los otros felinos. Tal vez fuera por su extraño par de ojos carmesí, un color inusual que a menudo atraía miradas curiosas. O tal vez por su tono desinteresado al hablar, el cual a veces hacía que los demás se sintieran incómodos. De cualquier manera, no le molestaba realmente. La guerrera disfrutaba poder escuchar a los demás hablar sin tener la obligación de aportar algo a las conversaciones.
Mientras los líderes de los clanes se preparaban para dar inicio a la asamblea, la felina se acomodó, lista para ponerse al tanto de las noticias y rumores que se compartían en este encuentro tan esperado. La expectación en el aire era palpable, y la felina se sentía privilegiada de ser parte de ese momento. Después de un tiempo, notó que el líder del Clan del Viento y el resto de sus miembros finalmente habían llegado. Inmediatamente, comenzó a escuchar susurros del resto de los clanes, tanto como de su propio clan. —Llegan muy tarde— susurraron algunos. —Se ven demasiado delgados y débiles— dijo una gran mayoría. —(Y Huelen a enfermedad...)— pensó Lirio de Serpiente, pero decidió no decirlo en voz alta por respeto a los gatos que, de todas maneras, habían decidido asistir a la asamblea. Mirando cómo el líder del Clan del Viento trepaba el gran árbol donde se encontraban los demás líderes, simplemente los observó, esperando a que comenzaran a hablar en cualquier momento.
—(No huelo al Clan del Viento)— pensó para sí misma la guerrera, frunciendo el ceño. Recordó el encuentro que tuvo con el curandero del Clan del Viento hace algunos días. El estado delgado en el que lo vio y la necesidad que debió haber sentido para arriesgarse a entrar en territorio hostil en busca de hierbas medicinales le daba cierta curiosidad, además de una pizca de preocupación. Se preguntaba si los felinos del Viento asistirían a la asamblea, o si las dificultades que podrían estar enfrentando los habrían retenido.
Una vez divisó al resto de los gatos de los otros clanes, con excepción del Clan del Viento, notó cómo lentamente algunos de sus compañeros de clan se acercaban a saludar a sus amistades de los otros clanes. Los saludos eran cálidos y llenos de camaradería, algo que siempre la sorprendía en estos encuentros temporales de paz. Ella, en cambio, solo tomó asiento entre el resto de sus compañeros de clan que tampoco tenían con quién socializar o simplemente preferían no hacerlo. La pálida felina levantó sus orejas para escuchar los cotilleos de los demás clanes.
A pesar de haber asistido anteriormente como aprendiz, realmente nunca logró congeniar con ninguno de los otros felinos. Tal vez fuera por su extraño par de ojos carmesí, un color inusual que a menudo atraía miradas curiosas. O tal vez por su tono desinteresado al hablar, el cual a veces hacía que los demás se sintieran incómodos. De cualquier manera, no le molestaba realmente. La guerrera disfrutaba poder escuchar a los demás hablar sin tener la obligación de aportar algo a las conversaciones.
Mientras los líderes de los clanes se preparaban para dar inicio a la asamblea, la felina se acomodó, lista para ponerse al tanto de las noticias y rumores que se compartían en este encuentro tan esperado. La expectación en el aire era palpable, y la felina se sentía privilegiada de ser parte de ese momento. Después de un tiempo, notó que el líder del Clan del Viento y el resto de sus miembros finalmente habían llegado. Inmediatamente, comenzó a escuchar susurros del resto de los clanes, tanto como de su propio clan. —Llegan muy tarde— susurraron algunos. —Se ven demasiado delgados y débiles— dijo una gran mayoría. —(Y Huelen a enfermedad...)— pensó Lirio de Serpiente, pero decidió no decirlo en voz alta por respeto a los gatos que, de todas maneras, habían decidido asistir a la asamblea. Mirando cómo el líder del Clan del Viento trepaba el gran árbol donde se encontraban los demás líderes, simplemente los observó, esperando a que comenzaran a hablar en cualquier momento.
Estrella de Sauce
Icon :
Mensajes : 16
Estrellas : 1387
HP :
Género : Femenino
Rango : Líder
Usuario
Aguardaba en silencio alguna respuesta proveniente de los líderes, y al no obtenerla, no pudo evitar oír con más claridad la confusión en el nombre pronunciado por el gran guerrero oscuro, el lugarteniente del Clan del Río si no recordaba mal. Vio de reojo a Susurro de Cuervo bastante más distraída como para responder, así que antes de replicar, decidió ser ella quién lo corregiría.
—Pantanoso —saludó de regreso—, su nombre es Susurro de Cuervo. Espero lo recuerdes por el tiempo que le quede como lugarteniente antes de que debas memorizar el de líder.
Dejó escapar una sacudida de bigotes, entornando los ojos hacia su lugarteniente antes de alzar la mirada. Habría dejado que sus palabras fueran acompañadas de un tono tanto curioso y más entre líneas, severo, pues no respetar los nombres o cambiarlos se consideraba como algo bastante intolerante, pero Estrella de Sauce entendía que uno no podía acordarse de todos los nombres en esta vida. No se molestó en revisar la expresión de Estrella de Serpiente ante la corrección, sino que más bien, otra cosa fue la que llamó su atención. Pues allí, en la distancia, un grupo chico avanzaba a un paso... penoso.
Estrella de Sauce infló el pecho al cargarlo con una corta inspiración, observando el último clan entrando por su lado hacia el claro. Su vista se clavó en diferentes cuerpos y todos lucían demacrados, con las costillas prácticamente al aire. Luego, divisó un cuerpo de mechones más oscuros y lo siguió con la mirada hasta subir al tronco. Y la líder del Clan de la Sombra no fue la excepción a la devolución del saludo, asintiendo con la cabeza antes de desviar la mirada pero no la atención. Con que el Clan del Viento estaba en estas... Jamás se recuperó del ataque, pero fue decisión de Estrella Caída el no rendirse antes de que la guerra tuviese consecuencias severas.
Escuchó, desviándose ligeramente de aquel tren de pensamiento, como Estrella de Serpiente cedía la palabra. Estrella Rota la tomó entonces, y a ambos les dedicó una mirada por el rabillo del ojo antes de escuchar las noticias del Clan del Trueno. Esperó, a partir de allí, con los ojos a medio cerrarse el turno de cualquiera que continuase... o bien, alguna otra noticia novedosa por parte del atigrado, cosa que no sucedió. Cuando retrocedió, Estrella de Sauce volvió a abrir los ojos al completo, girando su cabeza para ver que nadie abrió la boca durante los próximos momentos. ¿Muy introvertidos esta noche? Bien, lo haría ella entonces.
—Es refrescante escuchar buenas noticias —acotó hacia Estrella Rota, dando un paso lento hacia el frente y dirigiendo su cabeza hacia el público— En otros asuntos, puedo decir que fue una estación muy favorable para el Clan de la Sombra. El Clan Estelar demuestra su presencia constantemente con la bendición de nuestras presas y su guía tan oportuna. —Sí, guía. No pretendía mencionarlo, pero sin duda que tenía en mente aquel sueño pasado. El recordarlo pareció relajar su expresión—. Por otro lado, me complace anunciar que hace poco, Blima de Fuego y Pluma de Águila se nos unieron a la fila de guerreros. Además, Zarpa de Lagartija dejó la Maternidad para comenzar su entrenamiento como futuro guerrero, y Zarpa de Arpía estará siguiendo su mismo camino también hasta que se le pueda considerar una guerrera.
Dicho todo eso, Estrella de Sauce finalizó con un paso hacia atrás, sentándose inmediatamente para darle paso al siguiente, esperando por dentro tener respuestas acerca del estado del Clan del Viento. Habría premeditado su discurso, especialmente la mención de la última aprendiza. Hubo cierta tensión escondida con la mención, pero claro, con el cambio de nombre nadie en el Clan del Río sospecharía.
—Pantanoso —saludó de regreso—, su nombre es Susurro de Cuervo. Espero lo recuerdes por el tiempo que le quede como lugarteniente antes de que debas memorizar el de líder.
Dejó escapar una sacudida de bigotes, entornando los ojos hacia su lugarteniente antes de alzar la mirada. Habría dejado que sus palabras fueran acompañadas de un tono tanto curioso y más entre líneas, severo, pues no respetar los nombres o cambiarlos se consideraba como algo bastante intolerante, pero Estrella de Sauce entendía que uno no podía acordarse de todos los nombres en esta vida. No se molestó en revisar la expresión de Estrella de Serpiente ante la corrección, sino que más bien, otra cosa fue la que llamó su atención. Pues allí, en la distancia, un grupo chico avanzaba a un paso... penoso.
Estrella de Sauce infló el pecho al cargarlo con una corta inspiración, observando el último clan entrando por su lado hacia el claro. Su vista se clavó en diferentes cuerpos y todos lucían demacrados, con las costillas prácticamente al aire. Luego, divisó un cuerpo de mechones más oscuros y lo siguió con la mirada hasta subir al tronco. Y la líder del Clan de la Sombra no fue la excepción a la devolución del saludo, asintiendo con la cabeza antes de desviar la mirada pero no la atención. Con que el Clan del Viento estaba en estas... Jamás se recuperó del ataque, pero fue decisión de Estrella Caída el no rendirse antes de que la guerra tuviese consecuencias severas.
Escuchó, desviándose ligeramente de aquel tren de pensamiento, como Estrella de Serpiente cedía la palabra. Estrella Rota la tomó entonces, y a ambos les dedicó una mirada por el rabillo del ojo antes de escuchar las noticias del Clan del Trueno. Esperó, a partir de allí, con los ojos a medio cerrarse el turno de cualquiera que continuase... o bien, alguna otra noticia novedosa por parte del atigrado, cosa que no sucedió. Cuando retrocedió, Estrella de Sauce volvió a abrir los ojos al completo, girando su cabeza para ver que nadie abrió la boca durante los próximos momentos. ¿Muy introvertidos esta noche? Bien, lo haría ella entonces.
—Es refrescante escuchar buenas noticias —acotó hacia Estrella Rota, dando un paso lento hacia el frente y dirigiendo su cabeza hacia el público— En otros asuntos, puedo decir que fue una estación muy favorable para el Clan de la Sombra. El Clan Estelar demuestra su presencia constantemente con la bendición de nuestras presas y su guía tan oportuna. —Sí, guía. No pretendía mencionarlo, pero sin duda que tenía en mente aquel sueño pasado. El recordarlo pareció relajar su expresión—. Por otro lado, me complace anunciar que hace poco, Blima de Fuego y Pluma de Águila se nos unieron a la fila de guerreros. Además, Zarpa de Lagartija dejó la Maternidad para comenzar su entrenamiento como futuro guerrero, y Zarpa de Arpía estará siguiendo su mismo camino también hasta que se le pueda considerar una guerrera.
Dicho todo eso, Estrella de Sauce finalizó con un paso hacia atrás, sentándose inmediatamente para darle paso al siguiente, esperando por dentro tener respuestas acerca del estado del Clan del Viento. Habría premeditado su discurso, especialmente la mención de la última aprendiza. Hubo cierta tensión escondida con la mención, pero claro, con el cambio de nombre nadie en el Clan del Río sospecharía.
Estrella Helada
Icon :
Mensajes : 30
Estrellas : 1440
HP :
Género : Femenino
Rango : Líder
Usuario
En cuanto la asamblea dio inicio, la expresión de la líder cambió drásticamente. No denotaba ni un solo gesto jovial ni cortés, y su cola empezó a balancearse colgada en el aire. Sus pupilas finas se pasearon entre los líderes y pararon sobre Estrella de Serpiente quien tan amablemente cedió la palabra. Su mirada se quedó unos momentos más hasta que escuchó la voz de Estrella Rota tomar el protagonismo.
Ella escuchó atentamente,se mentiría descaradamente si dijera que no le molestó aunque sea un poco el tonito tan orgulloso con el que Estrella Rota dio sus excelentes noticias; aquello por supuesto no detuvo el movimiento incómodo de su cola ni mejoró su vacío gesto. Luego se sintió sentenciada a escuchar como el Clan de la Sombra se encontraba tan próspero como el Clan del Trueno. Estrella Helada dejó de poner su absoluta atención en los demás líderes y miró a los gatos del Clan del Viento que se encontraban entre la multitud, ante esa vista sintió una verdadera tormenta formarse en su estómago, ¿Acaso estos eran nervios? ¿Se estaba sintiendo nerviosa en plena asamblea? El solo hecho de ver las miradas de preocupación y repulsión de otros gatos le erizaba el pelaje, pero antes de perderse en la cólera notó que el silencio de formó tras finalizar el turno de Estrella de Sauce.
Estrella Helada parpadeó un par de veces y miró a sus acompañantes en las ramas, antes de convertir de nuevo su rostro en un gesto accesible.
—Siempre es bueno saber que los demás clanes se encuentran en una era de dicha y prosperidad. El Clan Estelar ha sido muy generoso con ustedes, ¡Qué suerte!
Comenzó, esbozando una breve sonrisa y parándose.
—El Clan del Viento...
La atigrada oscura levantó sutilmente el mentón, haciendo una breve pausa para mirar a la multitud.
—El Clan del Viento ha pasado por un inicio duro de estación— Confesó sin pelos en la lengua, ni la más alocada mentira les quitaba el aspecto demacrado de encima—Sin embargo, el Clan Estelar no ha abandonado nuestro camino y contamos con guerreros y jóvenes aprendices capaces y listos para seguir fortaleciendo al clan. Miramos al futuro con decisión.
Estrella Helada concluyó elocuente, volviendo a tomar asiento para dar paso a las últimas noticias de la noche.
Ella escuchó atentamente,se mentiría descaradamente si dijera que no le molestó aunque sea un poco el tonito tan orgulloso con el que Estrella Rota dio sus excelentes noticias; aquello por supuesto no detuvo el movimiento incómodo de su cola ni mejoró su vacío gesto. Luego se sintió sentenciada a escuchar como el Clan de la Sombra se encontraba tan próspero como el Clan del Trueno. Estrella Helada dejó de poner su absoluta atención en los demás líderes y miró a los gatos del Clan del Viento que se encontraban entre la multitud, ante esa vista sintió una verdadera tormenta formarse en su estómago, ¿Acaso estos eran nervios? ¿Se estaba sintiendo nerviosa en plena asamblea? El solo hecho de ver las miradas de preocupación y repulsión de otros gatos le erizaba el pelaje, pero antes de perderse en la cólera notó que el silencio de formó tras finalizar el turno de Estrella de Sauce.
Estrella Helada parpadeó un par de veces y miró a sus acompañantes en las ramas, antes de convertir de nuevo su rostro en un gesto accesible.
—Siempre es bueno saber que los demás clanes se encuentran en una era de dicha y prosperidad. El Clan Estelar ha sido muy generoso con ustedes, ¡Qué suerte!
Comenzó, esbozando una breve sonrisa y parándose.
—El Clan del Viento...
La atigrada oscura levantó sutilmente el mentón, haciendo una breve pausa para mirar a la multitud.
—El Clan del Viento ha pasado por un inicio duro de estación— Confesó sin pelos en la lengua, ni la más alocada mentira les quitaba el aspecto demacrado de encima—Sin embargo, el Clan Estelar no ha abandonado nuestro camino y contamos con guerreros y jóvenes aprendices capaces y listos para seguir fortaleciendo al clan. Miramos al futuro con decisión.
Estrella Helada concluyó elocuente, volviendo a tomar asiento para dar paso a las últimas noticias de la noche.
Rabo de Salmón
Icon :
Mensajes : 12
Estrellas : 1200
HP :
Género : Femenino
Rango : Guerrero
Usuario
Rabo de Salmón siguió a su líder junto con los demás gatos elegidos, de camino a la asamblea de los cuatro clanes. A su lado iba su querida hija Fronda, y un poco más adelante pudo divisar a su propia aprendiz, Zarpa de Ortiga, quien se movía más bien cerca de Estrella de Serpiente, lo cual no le pareció una sorpresa.
En el trayecto, no pudo evitar recordar con nostalgia las asambleas en las que su amado Gruñido de Zorro la acompañó. Oh, cómo te extraño... Pensó internamente, su mirada fija en sus patas delanteras mientras se movía paso a paso. Entonces, miró hacia el manto plateado, tan hermoso y reluciente como siempre. Sus ojos brillaron, esbozándose una suave y cálida sonrisa en su rostro. Pero sí que estarás ahí, ¿Verdad? No de la forma que quisiera, pero estarás con nosotros. Suspiró con alivio, y volvió a dirigir su mirada hacia adelante, continuando el viaje.
Una vez llegaron, observó a su líder intentar una y otra vez subirse al enorme árbol hasta que lo logró. No pudo evitar sentir un poco de vergüenza por él, aunque también compasión y cariño. Estrella de Serpiente era quien entendía más que nadie lo que Rabo de Salmón sentía, el seguir luchando a pesar de las tragedias y accidentes, a pesar de que pueda parecer que ya no puedes más. La confianza que tiene Estrella de Serpiente con su clan es muy valiosa, dejando ver sus debilidades abiertamente. Se sentó y su pecho se hinchó con orgullo. Ese es su líder.
Después de un rato, pudo olfatear al clan vecino acercándose, el Clan del Trueno. Y no mucho después, el Clan de la Sombra. Observó y analizó con curiosidad a cada uno de los gatos que venían junto con sus líderes. Entre los suyos propios, pudo notar a Zarpa de Ortiga con la cabeza y orejas gachas, evidentemente intimidada por la creciente y abrumadora cantidad de gatos desconocidos. A un paso suave, se acercó un poco hacia ella para sentarse a su lado y ofrecerle una leve sonrisa de reafirmación. Supuso que la joven cachorra no estaba muy acostumbrada al ambiente de las asambleas aún.
Empezó a parecerle raro que no se apareciera aún el Clan del Viento, y no solo a ella, puesto que los murmullos de los demás gatos eran considerablemente audibles. Usualmente tal clan era de los primeros en llegar. Y entonces, justo pudo divisar a Estrella Helada junto con sus gatos. Se veían demasiado delgados y pálidos, casi enfermos. ¿Qué les podía estar sucediendo? Se preguntó con genuina curiosidad y preocupación. Si se trataba de una enfermedad, podría expandirse entre clanes. Un poco ansiosa, amasó la tierra debajo de sus patas delanteras, esperando a que la líder recién llegada subiera junto con los otros, para comunicar y explicar tal estado.
Sin embargo, fue Estrella Rota quien habló primero, expresando cómo el Clan del Trueno se encontraba en muy favorables condiciones. Y con razón, después de todo no se ven tan limitados al agua como nosotros. Pensó para sí misma. El Clan del Río tuvo un comienzo de estación algo regular, pues presas hubo pero no abundantes.
A continuación, le siguió Estrella de Sauce, comentando una situación bastante similar a la del Trueno, y finalmente le tocaba a Estrella Helada hablar. Su discurso fue de cortas palabras, como era de esperar de ella, diciendo solo lo necesario. En su voz se expresaba fuerza y determinación, aunque en sus gestos nerviosos podía notarse la preocupación por el estado del clan. ¿Podría Estrella Helada sacar adelante a su clan antes de que fuera demasiado tarde? Esperó pacientemente el discurso de su propio líder, quien había esperado a que hablasen los demás primero.
En el trayecto, no pudo evitar recordar con nostalgia las asambleas en las que su amado Gruñido de Zorro la acompañó. Oh, cómo te extraño... Pensó internamente, su mirada fija en sus patas delanteras mientras se movía paso a paso. Entonces, miró hacia el manto plateado, tan hermoso y reluciente como siempre. Sus ojos brillaron, esbozándose una suave y cálida sonrisa en su rostro. Pero sí que estarás ahí, ¿Verdad? No de la forma que quisiera, pero estarás con nosotros. Suspiró con alivio, y volvió a dirigir su mirada hacia adelante, continuando el viaje.
Una vez llegaron, observó a su líder intentar una y otra vez subirse al enorme árbol hasta que lo logró. No pudo evitar sentir un poco de vergüenza por él, aunque también compasión y cariño. Estrella de Serpiente era quien entendía más que nadie lo que Rabo de Salmón sentía, el seguir luchando a pesar de las tragedias y accidentes, a pesar de que pueda parecer que ya no puedes más. La confianza que tiene Estrella de Serpiente con su clan es muy valiosa, dejando ver sus debilidades abiertamente. Se sentó y su pecho se hinchó con orgullo. Ese es su líder.
Después de un rato, pudo olfatear al clan vecino acercándose, el Clan del Trueno. Y no mucho después, el Clan de la Sombra. Observó y analizó con curiosidad a cada uno de los gatos que venían junto con sus líderes. Entre los suyos propios, pudo notar a Zarpa de Ortiga con la cabeza y orejas gachas, evidentemente intimidada por la creciente y abrumadora cantidad de gatos desconocidos. A un paso suave, se acercó un poco hacia ella para sentarse a su lado y ofrecerle una leve sonrisa de reafirmación. Supuso que la joven cachorra no estaba muy acostumbrada al ambiente de las asambleas aún.
Empezó a parecerle raro que no se apareciera aún el Clan del Viento, y no solo a ella, puesto que los murmullos de los demás gatos eran considerablemente audibles. Usualmente tal clan era de los primeros en llegar. Y entonces, justo pudo divisar a Estrella Helada junto con sus gatos. Se veían demasiado delgados y pálidos, casi enfermos. ¿Qué les podía estar sucediendo? Se preguntó con genuina curiosidad y preocupación. Si se trataba de una enfermedad, podría expandirse entre clanes. Un poco ansiosa, amasó la tierra debajo de sus patas delanteras, esperando a que la líder recién llegada subiera junto con los otros, para comunicar y explicar tal estado.
Sin embargo, fue Estrella Rota quien habló primero, expresando cómo el Clan del Trueno se encontraba en muy favorables condiciones. Y con razón, después de todo no se ven tan limitados al agua como nosotros. Pensó para sí misma. El Clan del Río tuvo un comienzo de estación algo regular, pues presas hubo pero no abundantes.
A continuación, le siguió Estrella de Sauce, comentando una situación bastante similar a la del Trueno, y finalmente le tocaba a Estrella Helada hablar. Su discurso fue de cortas palabras, como era de esperar de ella, diciendo solo lo necesario. En su voz se expresaba fuerza y determinación, aunque en sus gestos nerviosos podía notarse la preocupación por el estado del clan. ¿Podría Estrella Helada sacar adelante a su clan antes de que fuera demasiado tarde? Esperó pacientemente el discurso de su propio líder, quien había esperado a que hablasen los demás primero.
Over and over, I keep going
over the world we knew...
over the world we knew...
Lágrima Ambarina
Icon :
Mensajes : 33
Estrellas : 1482
HP :
Género : Femenino
Rango : Lugarteniente
Usuario
La gata de tonos marrones y naranjosos mantuvo su mirada firme y serena.
Tan pronto que habían llegado al lugar de reunión se percató que fueron los últimos en llegar, pero no dio tanta importancia, simplemente tomó asiento junto al resto de los lugartenientes, saludando con un gesto cordial y guardando silencio por el resto de la reunión.
Conforme se daba inicio a la asamblea, pudo notar la enorme diferencia de aspectos entre el resto de felinos de los clanes vecinos, y los gatos en su clan, lucían tan demacrados y delgados, la hambruna estaba cobrando su factura y les robaba el lustraje de su pelaje.
Suspiro pesadamente, parecían ser los únicos que parecían estar pasándola tan mal, pues hasta el clan del río pese a todo, mantenía su apariencia radiante y elegante.
Agitaba la cola de un lado en sacudidas serpentinas, sus ojos clavados y sus orejas atentas a los reportes que brindaban los líderes.
El primero en hablar fue Estrella de Serpiente, el líder del clan del río, sin embargo este acabo cediendo la palabra al resto, y el que la tomo fue el líder del clan del trueno, Estrella Rota.
Un gato de apariencia corpulenta, pelaje marrón y ojos amarillos como las hojas secas en la época de la hoja caída.
No negaría que cada que lo observaba durante las asambleas, algo en él amarronado conseguía llamar su atención. De alguna manera todo a su alrededor pasaba a segundo plano y su atención se centraba en la voz resonando del felino atigrado.
El resto de los reportes de los de más líderes pasaron a segundo plano, sus ojos solo se mantenían en el felino y apreciando cada detalle, incluso admirando el pelaje lustroso y tan vivo del gato.
Al menos hasta que la palabra la tomó su líder, Estrella Helada. Fue cuando su mente la trajo nuevamente a la realidad, y la amargura del reporte sobre la situación del clan del viento fue una llega de agua helada.
Sentía impotencia, creer que el clan estelar era el que menos se compadeció de ellos al iniciar la estación.
Un suspiro pesado salió de sus fauces, decidiendo intentar deshacer su estrés, se dio un par de lametazos en su pelaje, buscando arreglarlo un poco, y así, mínimo ocultar o arreglar su aspecto demacrado.
Tan pronto que habían llegado al lugar de reunión se percató que fueron los últimos en llegar, pero no dio tanta importancia, simplemente tomó asiento junto al resto de los lugartenientes, saludando con un gesto cordial y guardando silencio por el resto de la reunión.
Conforme se daba inicio a la asamblea, pudo notar la enorme diferencia de aspectos entre el resto de felinos de los clanes vecinos, y los gatos en su clan, lucían tan demacrados y delgados, la hambruna estaba cobrando su factura y les robaba el lustraje de su pelaje.
Suspiro pesadamente, parecían ser los únicos que parecían estar pasándola tan mal, pues hasta el clan del río pese a todo, mantenía su apariencia radiante y elegante.
Agitaba la cola de un lado en sacudidas serpentinas, sus ojos clavados y sus orejas atentas a los reportes que brindaban los líderes.
El primero en hablar fue Estrella de Serpiente, el líder del clan del río, sin embargo este acabo cediendo la palabra al resto, y el que la tomo fue el líder del clan del trueno, Estrella Rota.
Un gato de apariencia corpulenta, pelaje marrón y ojos amarillos como las hojas secas en la época de la hoja caída.
No negaría que cada que lo observaba durante las asambleas, algo en él amarronado conseguía llamar su atención. De alguna manera todo a su alrededor pasaba a segundo plano y su atención se centraba en la voz resonando del felino atigrado.
El resto de los reportes de los de más líderes pasaron a segundo plano, sus ojos solo se mantenían en el felino y apreciando cada detalle, incluso admirando el pelaje lustroso y tan vivo del gato.
Al menos hasta que la palabra la tomó su líder, Estrella Helada. Fue cuando su mente la trajo nuevamente a la realidad, y la amargura del reporte sobre la situación del clan del viento fue una llega de agua helada.
Sentía impotencia, creer que el clan estelar era el que menos se compadeció de ellos al iniciar la estación.
Un suspiro pesado salió de sus fauces, decidiendo intentar deshacer su estrés, se dio un par de lametazos en su pelaje, buscando arreglarlo un poco, y así, mínimo ocultar o arreglar su aspecto demacrado.
Estrella de Serpiente
Icon :
Mensajes : 53
Estrellas : 1509
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Usuario
Mientras escuchaba a los demás líderes dar sus noticias, estaba más concentrado en cada una de sus palabras y la envidia que le ocasionaba que dos de ellos gozaran de buenas presas, si bien el Clan del Río no estaba en la misma complexión que los gatos del Viento, Estrella de Serpiente sabía perfectamente que no estaban tan lejos de parecerse en ese sentido. Aún así, prefería sólo dar las noticias usuales a dar un símbolo de debilidad por más pequeño que fuera, cuando los demás líderes guardaron silencio había caído en cuenta que había cedido la palabra hasta el último, cosa que no le molestaba pensando que el Río no daba noticias tan largas ni novedosas como los demás.
–Me alegra oír que los Clanes están dispuestos a prosperar sin importar las circunstancias, el Clan del Río no es nada distinto.– Empezó, aclarando su voz lo suficiente para que los demás pudieran escucharlo. –Como saben, en la Hoja Verde solemos lidiar con los Dos Patas y los hemos mantenido a raya de nuestro territorio. También, el Clan Estelar nos ha bendecido con una cachorra fuerte y sana, Pequeña Bosque promete grandes logros.– Finalizó, tratando de no alargarse de más al ver el pase de la Luna sobre ellos.
Supuso que el tiempo de la Asamblea estaba punto de concluir y una vez que había tomado el tiempo para comparar noticias, el Clan del Río realmente no tenía más para ofrecer ésta noche, por lo que musitó un cordial “Adiós” a los demás líderes preparándose para bajar del árbol al que tanto le había costado subir.
“Aquí vamos.” Gruñó para sus adentros, bajando el tronco con cuidado paso a paso, pero su suerte con estas cosas jamás estaba de su lado, había resbalado en un trozo de corteza suelta, cayendo al suelo pesado obligándose a ponerse de pie rápidamente para disimular que había tenido una “buena” caída, acercándose a sus gatos con un par de saltos entorpecidos esperando a que el resto de ellos se reagrupara para dar media vuelta por donde vinieron.
–Me alegra oír que los Clanes están dispuestos a prosperar sin importar las circunstancias, el Clan del Río no es nada distinto.– Empezó, aclarando su voz lo suficiente para que los demás pudieran escucharlo. –Como saben, en la Hoja Verde solemos lidiar con los Dos Patas y los hemos mantenido a raya de nuestro territorio. También, el Clan Estelar nos ha bendecido con una cachorra fuerte y sana, Pequeña Bosque promete grandes logros.– Finalizó, tratando de no alargarse de más al ver el pase de la Luna sobre ellos.
Supuso que el tiempo de la Asamblea estaba punto de concluir y una vez que había tomado el tiempo para comparar noticias, el Clan del Río realmente no tenía más para ofrecer ésta noche, por lo que musitó un cordial “Adiós” a los demás líderes preparándose para bajar del árbol al que tanto le había costado subir.
“Aquí vamos.” Gruñó para sus adentros, bajando el tronco con cuidado paso a paso, pero su suerte con estas cosas jamás estaba de su lado, había resbalado en un trozo de corteza suelta, cayendo al suelo pesado obligándose a ponerse de pie rápidamente para disimular que había tenido una “buena” caída, acercándose a sus gatos con un par de saltos entorpecidos esperando a que el resto de ellos se reagrupara para dar media vuelta por donde vinieron.
Estrella Rota
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1414
HP :
Género : Masculino
Rango : Líder
Administrador
Estrella Rota escuchó los enunciados con paciencia, e interés. Era la primera vez que asistía a la Asamblea siendo líder, pero no sintió nervios alguno, más que el que le causó Estrella de Serpiente al hablar; esperaba que mantuviera al margen lo que había sucedido en la frontera con una de sus guerreras, y esperaba que aquella gata hubiese recibido la reprimenda que merecía, como le había dado a entender Pantanoso. Mientras que hablaban los líderes, Estrella Rota no pudo evitar ver que Lágrima Ambarina, la lugarteniente del Clan del Viento, le observaba. Podía notar cierto... brillo, en su mirada. No era sorpresa para él, desde que era un lugarteniente y compartía su lugar junto a ella en las raíces de los árboles, sentía su mirada sobre él, pero ahora se sentía extrañamente inusual.
Los anuncios de los líderes se dieron por finalizado, y a Estrella Rota no podía picarle más la curiosidad de lo que había sucedido con el Clan del Viento para que estuviesen tan mal, ya que el Clan del Río sí había dado una explicación coherente de por qué sus guerreros no estaban tan bien alimentados.
Intentó intercambiar miradas con Estrella Helada, pero la gata parecía absorta en sí misma.
Luego de los enunciados, la Asamblea dio por finalizada, y el gato se sentía bastante cansado aquél día, así que daría las noticias de lo sucedido en la Asamblea al día siguiente. Dejaría que sus guerreros cotillearan lo sucedido con el Clan del Viento, pero era demasiada política para él aquél día. Saludó con la cabeza al resto de líderes.
—Que el Clan Estelar los acompañe —dijo antes de bajar de la rama del árbol. Cuando bajó, pasó junto a Lágrima Ambarina, y no pudo evitar guiñarle el ojo mientras pasaba a su lado, acompañada de una sonrisa que mostraba sus dientes enteros.
El Clan del Trueno se retiró, y como vino, Estrella Rota se fue con Campañol al frente, cotilleando y esperando que cualquier cosa que tuviesen los gatos del Clan del Viento, no fuese contagioso.
Los anuncios de los líderes se dieron por finalizado, y a Estrella Rota no podía picarle más la curiosidad de lo que había sucedido con el Clan del Viento para que estuviesen tan mal, ya que el Clan del Río sí había dado una explicación coherente de por qué sus guerreros no estaban tan bien alimentados.
Intentó intercambiar miradas con Estrella Helada, pero la gata parecía absorta en sí misma.
Luego de los enunciados, la Asamblea dio por finalizada, y el gato se sentía bastante cansado aquél día, así que daría las noticias de lo sucedido en la Asamblea al día siguiente. Dejaría que sus guerreros cotillearan lo sucedido con el Clan del Viento, pero era demasiada política para él aquél día. Saludó con la cabeza al resto de líderes.
—Que el Clan Estelar los acompañe —dijo antes de bajar de la rama del árbol. Cuando bajó, pasó junto a Lágrima Ambarina, y no pudo evitar guiñarle el ojo mientras pasaba a su lado, acompañada de una sonrisa que mostraba sus dientes enteros.
El Clan del Trueno se retiró, y como vino, Estrella Rota se fue con Campañol al frente, cotilleando y esperando que cualquier cosa que tuviesen los gatos del Clan del Viento, no fuese contagioso.
But do you feel
like a young god?
I'm the king of everything and oh, my tongue is a weapon
Estrella de Sauce
Icon :
Mensajes : 16
Estrellas : 1387
HP :
Género : Femenino
Rango : Líder
Usuario
Quién tomó la palabra después que ella fue Estrella Helada, y no pudo evitar tensar las orejas, interesada por lo que tuviera que decir, pues evidente era el hecho de que su clan no estaba viendo buenos albas. ¿Qué habría sido? ¿Intervención de los Dos Patas? ¿Presas envenenadas? ¿Qué cosa estaría ocasionando que las presas se escapen de sus zarpas de esta manera? Contemplativa, Estrella de Sauce se paseó por esas opciones hasta que la líder del Clan del Viento responda sus dudas mentales... pero, esa respuesta nunca llegó.
La corpulenta felina no pudo evitar entornar sus ojos por unos momentos. Solamente había dicho lo que todos allí podían observar, nada más y nada menos; que esperaban lo mejor de aquí en más. Cuando la miraba, parecía darle un aire misterioso, como si estuviera diciendo la mitad de la verdad. Antes de continuar con alguna suposición más, Estrella de Sauce volvió a mirar al frente, encontrándose con rostros conocidos teniendo seguramente las mismas preguntas que ella. Pero las hizo a un lado deprisa: gracias al Clan Estelar no era su condición, y no tendrían que preocuparse a no ser que sea una cosa mayor, de la cuál todavía no se sabía. Podría decir que iban a vivir en la feliz ignorancia hasta que se deban saber las consecuencias.
Justo a tiempo, Estrella de Serpiente dio a conocer el testimonio de su clan, que si bien parecían estar algo flojos, lo disimulaban de mejor manera. Ésta vez asintió para sí misma, entendiendo el problema de los Dos Patas, aunque el Clan del Río siempre se había valido por sí mismo en cuanto a la recaudación de presas. Sea por lo que sea que estuviesen pasando seguramente superarían la hambruna.
Entre su anteúltima llegada, la espera del Clan del Viento y las charlas en el medio, la jornada nocturna se había pasado en un abrir y cerrar de ojos, lo notó cuando Estrella de Serpiente decidió que eso sería todo de parte de su clan. Estrella de Sauce observó la dificultad del líder al bajar, sintiendo como la astucia prendía los focos de su cabeza al adivinar acerca de los arañazos en el tronco y su proveniencia, pero evitó decir cualquier cosa más que no fuera devolverle el saludo, primero a él y luego a Estrella Rota, líder que miró un par de latidos más, tomando en cuenta la novedad de su presencia esa noche como la primera vez que participaba con tal título en una Asamblea.
—Adiós —maulló— que el Manto Plateado los guíe de regreso a vuestros campamentos.
La última en la que recayó su mirada fue Estrella Helada, la idéntica felina a aquel antiguo lugarteniente que su clan había tenido tiempo atrás antes de apoyar sus patas delanteras en el lateral de la rama y dejarse caer desde allí al suelo. No tardó en alzar la cola, indicando al estar más cerca de los suyos que el tiempo de volver había llegado.
La corpulenta felina no pudo evitar entornar sus ojos por unos momentos. Solamente había dicho lo que todos allí podían observar, nada más y nada menos; que esperaban lo mejor de aquí en más. Cuando la miraba, parecía darle un aire misterioso, como si estuviera diciendo la mitad de la verdad. Antes de continuar con alguna suposición más, Estrella de Sauce volvió a mirar al frente, encontrándose con rostros conocidos teniendo seguramente las mismas preguntas que ella. Pero las hizo a un lado deprisa: gracias al Clan Estelar no era su condición, y no tendrían que preocuparse a no ser que sea una cosa mayor, de la cuál todavía no se sabía. Podría decir que iban a vivir en la feliz ignorancia hasta que se deban saber las consecuencias.
Justo a tiempo, Estrella de Serpiente dio a conocer el testimonio de su clan, que si bien parecían estar algo flojos, lo disimulaban de mejor manera. Ésta vez asintió para sí misma, entendiendo el problema de los Dos Patas, aunque el Clan del Río siempre se había valido por sí mismo en cuanto a la recaudación de presas. Sea por lo que sea que estuviesen pasando seguramente superarían la hambruna.
Entre su anteúltima llegada, la espera del Clan del Viento y las charlas en el medio, la jornada nocturna se había pasado en un abrir y cerrar de ojos, lo notó cuando Estrella de Serpiente decidió que eso sería todo de parte de su clan. Estrella de Sauce observó la dificultad del líder al bajar, sintiendo como la astucia prendía los focos de su cabeza al adivinar acerca de los arañazos en el tronco y su proveniencia, pero evitó decir cualquier cosa más que no fuera devolverle el saludo, primero a él y luego a Estrella Rota, líder que miró un par de latidos más, tomando en cuenta la novedad de su presencia esa noche como la primera vez que participaba con tal título en una Asamblea.
—Adiós —maulló— que el Manto Plateado los guíe de regreso a vuestros campamentos.
La última en la que recayó su mirada fue Estrella Helada, la idéntica felina a aquel antiguo lugarteniente que su clan había tenido tiempo atrás antes de apoyar sus patas delanteras en el lateral de la rama y dejarse caer desde allí al suelo. No tardó en alzar la cola, indicando al estar más cerca de los suyos que el tiempo de volver había llegado.
|
|