Su cabeza miraba desde la oscuridad a los dos gatos que le tocaba escoltar este dia. Se trataba de su mentor y una aprendiza de pelaje dorado. El desfigurado mentenia la boca abierta, quizas para tratar de respirar mejor o para mostrar su fila de dientes en descontento de la situacion. Odiaba cuando Petalo Polvoroso lo mandaba a custodiar y guiar a los estupidos corredores de prados y sus mas estupidos aprendices. Cuando parecia que estos no se iban a ir por otro tunel, Desmochado se irguio en su lugar, mostrandose mas grande de lo que parecia en realidad.

— Cagarrutas de rata —. Maldijo viendo a los dos gatos, quienes mostraban su desagrado hacia su cara herida en todo su esplendor. — Los guiare, pero no me molesten —. Advirtio.

El tunelero dijo al fin, dando media vuelta en la entrada del tunel para guiarlos al lugar que debian ir. Entro encantado de volver a los tuneles, incapaz de aguantar un segundo mas a la luz del dia. Pudo sentir como los gatos detras suyo caminaban mas precavidos por los estrechos tuneles, viendo en la oscuridad pero no adaptandose completamente a ella. Solto una cierta risa nasal con sorna, ja, estupidos. Penso, mientras una de sus voces le decia que deje de comportarse como un malagradecido y otra se peleaba por querer romper las cabezas de ambos gatos contra las paredes.

— Novatos —. Dijo en voz alta mientras caminaba por los tuneles, doblando por una salidera que daba a cuatro caminos, él ya sabia cual tomar para salir.

Hoy era un bonito día, uno de esos días en los que a ella le gustaba ir corriendo por los amplios espacios abiertos del territorio de su clan, pero no, no podía disfrutar de ese bonito día ¡Y todo porque a su estúpido mentor se le ocurrió la gran idea de ir entre los túneles!
Por el Clan Estelar, como desearía arrancarle ambas orejas.

Y como si las cosas no pudieran estar peor, tenían que ir acompañados por el tunelero más horrible, feo y asqueroso de toda la historia del Clan del Viento, Desmochado.

¿Es que no había peor castigo? Es más ¿Qué había hecho ella para merecer tal cosa? Ya era malo y vergonzoso estar en los túneles, pero estar con ese pedazo de intento de gato ya era otra completamente diferente.

Guepardiña pego las orejas al cráneo cuando Desmochado se atrevió a dirigirle la palabra y usando su cola como un látigo, golpeo el suelo del túnel con la mayor fuerza que se permitió en ese momento, su mentor le dedico una mirada clara “No digas nada” pero Desmochado no estaba cooperando, de pronto el intento de gato apestoso dijo algo que le toco una fibra sensible.

— Tsk, lo dice el que no puede salir de los túneles durante el día sin que se le pudran los ojos.- Maullo en voz alta, su mentor le dio un codazo en el omoplato pero ella solo se limito a rodar los ojos en desacuerdo. — ¿Qué? Ni que fuera mentira, todos en el Clan lo dicen.

Le gruño a su mentor.

— Solo estoy repitiendo lo que ellos dicen.- Declaro con desprecio.

Sintio el golpe de la aprendiza con su cola en el suelo, provocando que se diera vuelta y la fulmine con sus ojos. Lo que menos queria ahora era que estos tuneles se derrumben por una aprendiza creida que despreciaba todo lo que no le gustara. Al parecer, sus ojos de un hermoso verde azulado no fueron del agrado de la menor, quien con sorna y malicia decidio tirar comentarios a espaldas del tunelero.
Estos dichos provocaron una reaccion mas que agresiva de parte del gato, quien se detuvo frente a la aprendiza, agachando su cabeza roja hacia ella mientras desvainaba sus garras.

— No pruebes mi capacidad para la violencia, criatura —. Gruño, mostrando su fila de colmillos y acercando (con intencion) su cara deformada de heridas. — Es mejor que cierres el hocico porque podria dejarte a ti y a tu mentora aqui tirados en la muerte y nadie vendria a buscarlos aunque gritaran —.

Asintio con su cabeza dejando en claro su punto, soltando un siseo volvio a reanudar la marcha en la cabeza del grupo, caminando a paso rapido mientras buscaba la salida mas cercana donde dejar al par de gatas, a este punto, no le importaba que el destino de su mentora haya sido otro, su aprendiza fanfarrona le habia dejado en claro como era su trato con él, y no iba a permitir que una criatura mas pequeña arruine su vida.

— Las dejare en la salida mas proxima, luego de ahi caminaran a donde sea que vayan —. Adviritio su cambio de plan, molesto. — No me importa lo que hagan alli arriba —.

Su nariz de gran olfato y sus ojos acostumbrados a la oscuridad de los tuneles eran excelentes, y trabajaban a una velocidad increible para encontrar el olor de los paramos sobre ellos o aces de luz que entren en los tuneles por alguna salida. Realmente sabia donde se encontraba y sabia que a pocas colas de distancia de un zorro habria una salida en forma de madriguera de conejo donde dejar a ambas gatas.

La aprendiza de tonos amarillos pego las orejas al cráneo mientras Desmochado fanfarroneaba sobre como podría dejarla a ella y a su mentor ahí en esos apestosos túneles sin mirar atrás ¿Cómo se atrevía? Ese excavador no debería pretender ser superior solamente por que ¿Qué? ¿Construye túneles tontos debajo del suelo?

Vaya broma.

Además, el que debería cerrar el hocico debería ser el ¡Le apestaba a carroña! ¡Qué tontería!

— Uhm, bueno, al menos así podremos salir de este lugar lo más rápido posible.- Maulló mientras seguía caminando con el gato frente a ella y su mentor.

Intento olfatear el aire que tenían ahí debajo, podría oler el aire fresco del paramo ¡Gracias al Clan Estelar! ¡Finalmente saldría de ahí de una buena vez! Ya podía sentir la emoción recorriéndole el pelaje, la de tonos amarillos levanto la cola y empezó a apresurar el paso.

— Gracias al Clan Estelar, finalmente podemos salir de aquí.- Maulló con emoción para ella y su mentora.

No tardaron mas que segundos en que Desmochado se detuvo en su lugar, elevando la cabeza el gato cicatrizado se poso en sus cuartos traseros para comenzar a quitar un par de hierbas que habia en la entrada del tunel con sus zarpas, arañando el suelo cual liebre saliendo de su madriguera. Poco a poco, rayos de sol comenzaban a colarse en el oscuro tunel mientras el tunelero terminaba de abrir la salida del tunel.

Cuando termino, la luz lo cego de golpe en los ojos, haciendolo soltar un gruñido, con ojos borrosos pudo identificar el paramo a sus alrededores. Esto era, si, la salida y la liberacion para él.
Con ojos lagrimeantes, volvio a meterse al tunel mientras se frotaba los ojos con una de sus zarpas.

— Ahi esta, ahora larguense de aqui —. Señalo la salida vertical con su cola.

No dirigio una mirada a ambas gatas, primero porque sus ojos no podian y segundo porque no lo necesitaba, podia escuchar los pasos de ambas hembras moverse frente a él en direccion al hoyo en el techo. Tendria que esperar que ambas se vayan y tomen distancia antes de volver a sellar el hueco con las hierbas y juncos que tapaban su entrada y ocultaban el olor a felino en ellas.

— Odiamos la vida —. Dijo en tercera persona, poniendose en marcha.

Finalmente y luego de caminar por un largo rato, logro ver como Desmochado parecía quitar un montón de hierba y demás cosas que tapaban uno de los tantos huecos que ocupaban los excavadores, ya podía sentir la emoción recorriéndole las zarpas

— No tienes que decírmelo dos veces.- Y apenas el macho logro salir ella igual se lanzó a la libertad.

Finalmente un poco de sol y aire fresco, justo lo que necesitaba luego de tanta asquerosa oscuridad y polvo.

Ni siquiera se molesto en darle las gracias a Desmochado, una vez que lo vio irse por donde las había traído, Guepardiña se acerco a su mentor y le siseo.

— Si tengo que volver a poner mis patas en esos sucios túneles, prefiero que un rayo me parta la cabeza.- Declaro.- No pienso volver a ese lugar jamás en mi vida ¡Jamás!

Y dicho eso, la gata de pelaje amarillento se lanzo junto a su mentor a una de sus tantas sesiones de entrenamiento.