Estrella de Serpiente salió de su guarida a un paso que para sus medidas se consideraría “apurado”, había notado la complexión baja de sus guerreros en los últimos días y las presas del montón bajar lentamente, le frustraba estar ante tal situación pero su rango sugería forzarse a mantener la calma en tiempos como estos donde todavía había más posibilidades y esperanza de las que había para caer en desespero. Tomó un par de respiros hondos sacudiendo su cabeza para apaciguar sus pensamientos, observando el claro del campamento en busca de guerreros dispuestos a cazar con él en la patrulla del alba, decidió encaminarse a la guarida de los guerreros y rápidamente llamar los primeros nombres que le pudieran salir de la cabeza, no es como que fueran a cuestionar su llamado si era para una de las tantas obligaciones que tenían por hacer.

–Hoja Leopardina, Carpa Saltarina, Pantanoso, vengan, los necesito para la cacería del alba .– Llamó con la misma calma que poseía su voz como era habitual, su cola moviéndose de un lado a otro en impaciencia mientras el aire de afuera llevaba una cierta frescura prometedora a la vez que se encaminaba a la entrada del campamento esperando a los guerreros para dar inicio a lo que esperaba ser una casa exitosa.

Se habia costumbrado a lo lenta que pasaba la noche cuando se quedaba despierto en vela, por lo general lejos de su lecho caliente para salir a la intenperie y vagar por el campamento nocturno mientras los otros dormian. No era para nada extraño verlo caminando o acostado mirando el Manto Plateado. Incluso muchas veces se encargaba de vigilar a los recien nombrados guerreros en su noche de vela con sus ojos oscuros para sercionarse que de verdad no hablen.

Cayo el amanecer y salio de la guarida de los guerreros, no todas las noches se quedaba despierto divagando por el campamento, y habia veces que lograba conciliar el sueño, eran pocas pero tampoco nulas. Hoy era una de esas, a falta de comida su cuerpo le pedia descanso para poder reponer energias que le faltaban. A veces pensaba ¿Cuanto mas su pelo lo iba a ayudar? Su mata de pelo medio sin llegar a largo lo ayudaba a esconder como poco a poco sus flancos se pegaban a sus costillas.

Con sus ojos mirando la depresiva pila de carne (no tan fresca), sus orejas se entornaron cuando Estrella de Serpiente, levantado mas temprano de lo normal, salio de su guarida y clamo su nombre junto con los de otros guerreros. A pasos largos se acerco al lider del clan, con los otros gatos a la zaga, aquellos que tuvieron la mala suerte de levantarse temprano y ser vistos por el lider.

— A la orden, Estrella de Serpiente. Me encargare de la patrulla del alba —. Maullo, asintiendo con su cabeza cuando escucho la necesidad en la voz del lider.

Última edición por Pantanoso el Dom Jul 28, 2024 3:15 am, editado 1 vez

Carpa Saltarina era conocido por dos cosas, o pasar las noches en vela o despertarse tarde y llegar tarde a las patrullas, o era una cosa o la otra, pocas veces el guerrero tenía un horario de sueño normal así que uno podrá imaginar su... entusiasmo cuando el día en que se despertó temprano e intentó escabullirse de nuevo a su "nido" que no eran más que unas pocas plantas desperdigadas aquí y allá fue visto por nada más y nada menos que Estrella de Serpiente.

Se tragó sus suspiró en cuanto escuchó que era lo que iban a hacer justo en ese momento.

Cacería.

No se lo tomen mal, Carpa Saltarina es un cazador decente aunque al parecer es un poco mejor cazador de aves que peces, lo cual no es ideal para nada considerando que es un Guerrero del clan del Río y no del Viento.

Estirándose y bostezando de forma perezosa se sacudió un poco, tratando de quitarse las ganas de dormir que le quedaban, especialmente ahora que dirigía su mirada al montón de presas que se veía patéticamente pequeño.

Sí, era ideal que esta cacería saliese bien.

"Claro Estrella de Serpiente" - Maulló el guerrero ya más despierto, dirigiéndose hacia sus compañeros de clan para hacer justamente lo que se les había dicho.

Ante la respuesta de sus guerreros se sintió más relajado al saber que aún si era relativamente temprano para cazar, estaban dispuestos a seguirlo –aunque fuese más por obligación, dejando de lado sus ideas un tanto carentes de realismo–. Una vez que todos estaban reunidos y bien despiertos, los guío por el bosque húmedo poniendo inicio a la cacería, el Clan estaría bien si ambos gatos al mando desaparecían por una simple patrulla que al final beneficiaría a todos los gatos, y si lo peor llegaba de repente, estaba seguro que su curandera podría manejarlo o los gatos más experimentados podían llegar a un acuerdo tranquilo. Dejando eso de lado, bajó el paso mientras cruzaban las hierbas atento al aroma que traían los árboles consigo.

–Estén bien atentos, aún si falta para llegar al río cualquier presa nos haría bien para llevar de regreso.– Advirtió a la patrulla con un movimiento de cola para indicar que se mantuvieran alertas. –Separense si es necesario, mientras más terreno cubramos mejor, pero no demasiado.– Añadió como un pequeño recordatorio.
El silencio era notorio en el bosque y eso sólo simplificaría el tener que escuchar a algún roedor o un ave desprevenida que fuese una comida significativa para el Clan del Río, por lo que se sentía bastante contento y tranquilo con lo que tenían en las garras para lidiar por el resto de… Bueno, lo que tuviese que durar la patrulla, en realidad; no tenía mucha prisa en ponerle un tiempo fijo y siempre y cuando fuera exitoso tampoco tenía la necesidad de ser exigente con los tiempos.

Carpa Saltarina bostezo perezosamente, la verdad es que comenzar el día mojandose las patas no era la mejor forma considerando qué el agua probablemente seguía algo helada debido a la noche pero que más se le podía hacer, porque a pesar de todo el inicio del día era de las mejores horas para pescar debido al poco movimiento que el bosque daba.

Con paso lento se movió a la parte trasera del grupo, estando atento a si algún movimiento le llamaba la atención, a decir verdad si bien era cierto qué cualquier cosa podría ser presa tratar de conseguir un conejo o ardilla a tan tempranas horas no era realmente ideal, al fin y al cabo las presas estaban más despiertos que ellos y terminarían haciendo más barullo del necesario.

Espantar Ias presas sería bastante contraproducente después de todo, en todo caso se mantuvo atento, solo por si acaso.

Quizás algún ratón atontado se aparecería enfrente de la patrulla y les haría más fácil la vida.

Pero eso no sucedió y conforme más caminaban más fuerte se escuchaba el sonido de un río calmo qué prometía peces de desayuno.

Y quizás algún pájaro qué estuviese teniendo un buen desayuno.

Relamiendose el hocico se aguantó otro suspiro traicionero, mientras antes terminaran la patrulla antes podría regresar a su nido.

Mientras se preparo mentalmente para la cacería, flexionando las garras y sacudiendo la cabeza un poco más para despertarse, esto tenia que salir bien o se quedarían sin comida.

Con un suspiro apuro el paso para alcanzar al grupo.